La Comunidad de Madrid ha finalizado la extracción e identificación de las piezas que guardaba la cápsula del tiempo de Cervantes, de 1834, que se encontró bajo la base original de la estatua del escritor, en la Plaza madrileña de las Cortes.
Del análisis de los documentos, medallas y monedas hallados en este cofre se desprende una defensa del liberalismo frente al absolutismo que las autoridades del momento quisieron salvaguardar para que llegara intacto a futuras generaciones, según el director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad, José Luis Martínez-Almeida.
Los arqueólogos extrajeron a finales de diciembre esta caja de plomo herméticamente sellada del subsuelo de la plaza madrileña y, tras un primer análisis parcial, la Dirección General de Patrimonio Histórico optó por depositarla en el Museo Arqueológico Regional (MAR) de la Comunidad, a la espera de que se dieran las condiciones idóneas para sacar todo el contenido.
Además de tener un exceso de humedad, la caja desprendía un potente tóxico -un agente preventivo del desarrollo de insectos y microorganismos- que hacía imposible cualquier operación y cuyos efectos van remitiendo lentamente.
La caja supone un reflejo del momento histórico que en 1834 vivía Madrid y un alegato en defensa del liberalismo como ruptura del antiguo régimen.
Contiene, por ejemplo, un ejemplar de la Gaceta de Madrid que recoge las disposiciones testamentarias del Rey Fernando VII, la sucesión de Isabel II y la designación de Cristina como regente, así como la legislación que excluía a Carlos María Isidro de la sucesión al trono, confinándolo al exilio.
Además, se ha encontrado en el fondo del cofre un ejemplar del discurso pronunciado por María Cristina el 24 de julio de 1834 en la apertura solemne de las Cortes Generales previas a su proclamación como regente, un ejemplar del Estatuto Real para las Cortes del Reino de 1834 y el libro "Vida del General Mina", ejemplar biográfico del general Francisco Espoz y Mina.
Esta semana los técnicos del Museo Arqueológico Regional también han abierto ocho paquetes de papel encontrados en la caja que contenían medallas y monedas.
Por otro lado, han aparecido varias láminas del año 1831 contienen los retratos de Isabel II de niña, María Cristina regente, ambas juntas, Joaquín María Ferrer (procurador del Reino) y Manuel Fernández Varela (comisario general de La Cruzada).
A estos objetos se suman una copia del Diario de Avisos de Madrid del 11 de diciembre de 1834, que envolvía un libro calendario manual y guías de forasteros para el año 1834; Papel timbrado de 1834 y, envuelto en papel de trapo, un manuscrito con la tinta en mal estado cuyo contenido aún no ha podido descifrarse.
En la cápsula también había dos ediciones de El Quijote: la conocida de cinco tomos de 1819 y una segunda, de 1832, en dos tomos impresos en París, donde figura que estos ejemplares debían colocarse en el monumento de Cervantes que se estaba preparando en la Plaza de Catalina de Siena, hoy Plaza de las Cortes.
Prácticamente todo se encuentra en buen estado de conservación, por lo que la Comunidad, una vez restaurado el contenido, organizará una exposición pública en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional.
Paralelamente, la Dirección General de Patrimonio Histórico prepara una nueva cápsula del tiempo con objetos del siglo XXI que será depositada bajo la estatua de Cervantes en la Plaza de las Cortes y cuyo contenido será decidido escuchando la opinión de los madrileños, que en los próximos días conocerán de qué manera pueden participar en el proceso.
@Efe
Del análisis de los documentos, medallas y monedas hallados en este cofre se desprende una defensa del liberalismo frente al absolutismo que las autoridades del momento quisieron salvaguardar para que llegara intacto a futuras generaciones, según el director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad, José Luis Martínez-Almeida.
Los arqueólogos extrajeron a finales de diciembre esta caja de plomo herméticamente sellada del subsuelo de la plaza madrileña y, tras un primer análisis parcial, la Dirección General de Patrimonio Histórico optó por depositarla en el Museo Arqueológico Regional (MAR) de la Comunidad, a la espera de que se dieran las condiciones idóneas para sacar todo el contenido.
Además de tener un exceso de humedad, la caja desprendía un potente tóxico -un agente preventivo del desarrollo de insectos y microorganismos- que hacía imposible cualquier operación y cuyos efectos van remitiendo lentamente.
La caja supone un reflejo del momento histórico que en 1834 vivía Madrid y un alegato en defensa del liberalismo como ruptura del antiguo régimen.
Contiene, por ejemplo, un ejemplar de la Gaceta de Madrid que recoge las disposiciones testamentarias del Rey Fernando VII, la sucesión de Isabel II y la designación de Cristina como regente, así como la legislación que excluía a Carlos María Isidro de la sucesión al trono, confinándolo al exilio.
Además, se ha encontrado en el fondo del cofre un ejemplar del discurso pronunciado por María Cristina el 24 de julio de 1834 en la apertura solemne de las Cortes Generales previas a su proclamación como regente, un ejemplar del Estatuto Real para las Cortes del Reino de 1834 y el libro "Vida del General Mina", ejemplar biográfico del general Francisco Espoz y Mina.
Esta semana los técnicos del Museo Arqueológico Regional también han abierto ocho paquetes de papel encontrados en la caja que contenían medallas y monedas.
Por otro lado, han aparecido varias láminas del año 1831 contienen los retratos de Isabel II de niña, María Cristina regente, ambas juntas, Joaquín María Ferrer (procurador del Reino) y Manuel Fernández Varela (comisario general de La Cruzada).
A estos objetos se suman una copia del Diario de Avisos de Madrid del 11 de diciembre de 1834, que envolvía un libro calendario manual y guías de forasteros para el año 1834; Papel timbrado de 1834 y, envuelto en papel de trapo, un manuscrito con la tinta en mal estado cuyo contenido aún no ha podido descifrarse.
En la cápsula también había dos ediciones de El Quijote: la conocida de cinco tomos de 1819 y una segunda, de 1832, en dos tomos impresos en París, donde figura que estos ejemplares debían colocarse en el monumento de Cervantes que se estaba preparando en la Plaza de Catalina de Siena, hoy Plaza de las Cortes.
Prácticamente todo se encuentra en buen estado de conservación, por lo que la Comunidad, una vez restaurado el contenido, organizará una exposición pública en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional.
Paralelamente, la Dirección General de Patrimonio Histórico prepara una nueva cápsula del tiempo con objetos del siglo XXI que será depositada bajo la estatua de Cervantes en la Plaza de las Cortes y cuyo contenido será decidido escuchando la opinión de los madrileños, que en los próximos días conocerán de qué manera pueden participar en el proceso.
@Efe