EL HOMBRE INVISIBLE DEL CARIBE

Este relato verídico de Fr.++Vicente Castro que les subimos a continuación de mis palabras no refleja más que la situación por la que vivien y pasan cientos, miles de ciudadanos de Haiti y Dominicana, entre otros paises del mal llamado "tercer mundo"

Las poderosas industrias farmaceúticas, los más fuertes y poderosos laboratorios encuentran entre la miseria de los seres humanos muy necesitados "las presas necesarias, la carne precisa" para probar los medicamentos que luego venderan en "el primer mundo" sin que nunca nos enteremos del número de muertos, lisiados de por vida, etc. que han provocado. Total, valen más los ratones que los seres humanos de esos paises en los que el hambre no deja ver otra cosa que la comida, y si es a cambio de una muy posible muerte, no importa, si sale bien como hoy, y si no sale bién, ya no pasaré más hambre.

Nefasto, degradante y falta de cualquier ética deontólogica la de esa industria farmaceútica que rebusca entre los más miserables del mundo, (miserables no como insulto, sino como carentes de los mínimos necesarios para poder sobrevivir) para llevar adelante sus multimillonarios proyectos. Y si para eso tiene que morir cualquier "desgraciado", que muera, el negocio es el negocio y en esos paises una vida humana no cuesta mucho más de algunos euros.

Sabemos que tocamos un tema peligroso, que el poder de esas industrias es fuertísimo, que tienen legiones de abogados dispuestos a defender su cuota de poder, pero realmente y utilizando un casticismo, quizás hasta una grosería si ustedes me lo permiten, "me la suda" lo que puedan hacer esos abogados de la mafia farmaceútica, me dan igual sus denuncias, me "la sopla" sus posibles advertencias. Lo importante es que el mundo conozca quienes son esos criminales, esos asesinos sin escrúpulos que rebuscan entre los más necesitados de entre los más necesitados para que por un plato de comida se dejen inyectar lo que sea que esas empresas quieran, sin importar los efectos más que para anotarlos, y cuando ya no sirven para inyectarlos, cuando ya no valen como "cobayas humanas", a la calle, y se acabaron los platos de comida, las sonrisas falsas, la "paternal" palmadita en la espalda, la hipócrita y miserable, (ahora como insulto),"ayuda".

¿Quien es más miserable, el que por un plato de comida se deja hacer lo que sea o aquel que formado y sabiendo lo que hace utiliza la miseria y el hambre para hacer los millones que mueven esas empresas farmaceúticas? Son asesinos sin escrúpulos, son despreciables, y hay que denunciarlo, no hay más remedio.

Fr.+++Anselmo de Crespi.
Gran Prior General de España SMOTH-MIT
Director General de la ONG Templarios del Mundo
(fr_anselmodecrespi@yahoo.es)

El hombre llevaba varios días sin comer, se le veía escuálido. Vestía con un “polo che” típico del Caribe, pero su desvaído color hacia ver que en su tiempo fue una prenda con un coste muy elevado, cosa que ni le importaba ni sabía, pues él solo necesitaba estas prendas para cubrirse un poco el torso de los rayos solares. Los pantalones hasta las rodillas también fueron largos algún día, pero recortando la pernera le permitía trepar a la palma de cocotero mas fácilmente y “agenciarse” un coco de agua.

- ¿quieres la carne? Me dijo.
- no gracias respondí, no sabiendo realmente a que se refería.
- La carne es la masa del coco de agua, esto es bueno y te quita el hambre, me comenta. Yo le miro detenidamente y veo en su rostro y en su ojo derecho una descompensación con el lado opuesto de la cara

- ¿Qué te ha pasado hombre, has tenido un accidente?
-No, no español, “ma salio y no se ques”
- ¿cuando te ha comenzado esto y porqué no has ido al medico?,
- ¡Ahá español! Tu que “cres”, yo voy ca semana al doctor, pero no medise na
- ¿Cómo cada semana? Pues marchas bien, yo me imagino que te costará muchos cuartos la visita
- ¡Quia español! No me cuesta na, antes hasta me pagaban pero ahorita ya no me pagan na
- ¿Y eso por qué? ¿Que haces? ¿Limpias el suelo o que tu haces en el hospital?
- Na, no hago na, me “pinchan” un poco, bueno me pinchaban pues ahorita na, ya no me quieren pos ma salio esto, y man dicho que no me pueden pinchar .

El hombrecillo se lleva la palma de la mano hacia la cara y se la toca con cautela, despacio, y con leve gesto de dolor se acerca hacia la palma de coco e intenta trepar. Entonces me doy cuenta de que también la pierna la arrastra con dificultad y le llamo - ¡Vamos hombre! Te compro estos cocos de agua pero me has de decir una cosa
- ¡Ques que tu quieres español!
- Solo me gustaría saber si vais mas personas al pincharse al hospital.
- Pos si , me contesta, somos muchos, y siempre nos dan de comer, son mu buena gente, mu buenos, pos a veses no dejan hasta dormir en la cama del hospital. Solo nos miran y a veses solo nos miran los ojos ¡Y yas ta! Pero comemos, tita la familia pos ahorita no se que de haser pos man dicho que ya no vuelva y no tengo trabajo, sabusté, tengo dos “chichís” ( bebés) y no sé que de haser, pos con esta pierna …. Non tiendo que el hospital no me la quiera curar.

Sin querer mirarle a los ojos, (pues un ataque de rabia me sube por todo el cuerpo), descubro el por qué no le quieren curar, ¡La cobaya humana ya no servía! El experimento falló ¡ya se encontrarían otros desgraciados!

Ellos llegan solos al olor del arroz cocinado, pues los pobres, no comprenden, no interesa que comprendan, que cada día se juegan la vida y la de sus familias, al ser únicamente cuerpos experimentales. Los horrores y el sufrimiento que les pueden llegar será mas grande que el placer de comer un plato caliente; Pero, ¿quien se lo hace saber a un hambriento y su familia? Ahí es donde aprovechan las farmacéuticas, ¿qué mejor lugar para apreciar una medicina que un ser humano? ¿Donde se puede experimentar un cultivo mejor que en una persona? ¿Quién va a demandarles si no existen? Y más aún ¿Quién para los pies a una multinacional farmacéutica cuando su presupuesto es más del doble de grande que el presupuesto del país en donde invierte?

Yo no puedo hacer nada, pero, no miren esto como un cuento, esto es real y pasa actualmente para desgracia de muchos y beneficio de pocos.


Fr. ++ Vicente Castro i Alvaro
Legado Prioral de America del GPGT
SMOTH-MIT (OSMTH)