Excavaciones en el actual claustro gótico de la catedral dejan a la vista tramos de un muro que podrían pertenecer al anterior, románico
El historiador Javier Martínez de Aguirre ha descubierto la antigua estancia bajo el actual templo
Una de las estancias que ocupaba la enfermería, dependencia ahora descubierta por los investigadores. CALLEJA
Los canónigos de la catedral de Pamplona no sabían a dónde conducía la pequeña puerta de la cripta de la capilla Barbazana. Los estudios previos al proyecto de restauración de las dependencias del Cabildo han descubierto la enfermería medieval, uno de cuyos accesos era, precisamente, la mencionada puerta.
Javier Martínez de Aguirre, investigador navarro, profesor de Historia del Arte medieval en la Universidad Complutense de Madrid, ha sido, en buena parte, quien ha desvelado el misterio, uno de tantos escondidos en los muros centenarios, una capa más dentro del amplísimo arco temporal que envuelve a la catedral de Pamplona, con valiosas manifestaciones artísticas, desde el siglo XI hasta el XVIII. Además, el reciente descubrimiento puede ofrecer nuevas posibilidades en las visitas a la catedral, que se podrían ampliar con diversas naves comunicadas entre sí, sin interferir en el culto...
El Cabildo lleva años inmerso en sacar a luz los tesoros que guarda la catedral y lo puede hacer porque, tal y como recuerda el propio Javier Martínez de Aguirre, Pamplona ha tenido la suerte de contar con canónigos preocupados por mantener el patrimonio en las distintas épocas . "Vemos más porque subimos a hombros de los gigantes", dice, apoyado en un dicho de la Edad Media. "Podemos investigar por los datos que nos dejan en los archivos, entre ellos muchos canónigos de esta catedral, como el historiador José Goñi Gaztambide (1914-2002)", indica.
Martínez de Aguirre dispone ya de datos suficientes para concluir que la estancia, con una longitud exterior de 24,15 metros y 6,80 metros de anchura en su interior, y situada bajo la sacristía mayor, era la antigua enfermería medieval. Recuerda que el muro estaba a la vista, pero el asunto era identificarlo y como parte de un edificio que está en pie. Además, subraya, salvo que se proyecte un foco de estudio, es complicado descubrir elementos que están bajo nuevas construcciones. Del examen de los muros y la documentación de los archivos se desprende que, muy probablemente, la enfermería sea románica. Pero, a falta de elementos labrados que aporten información, las fechas se podrán concretar con la frecuencia del tipo de ménsulas y análisis de mortero.
En cualquier caso, y a falta de dataciones más precisas, está claro que las construcciones descritas son anteriores a 1391, porque al año siguiente comenzó a levantarse la catedral gótica. Martínez de Aguirre explica que "muy probablemente, la enfermería será anterior a 1270, fecha en que ya hay documentos que hablan de ella como institución".
La antigua catedral románica, cuya planta apareció en la reforma de 1992-94, tenía la cabecera bajo el actual presbiterio y lo que ahora se ha descubierto se situaba justo detrás, teniendo en cuenta que la muralla aún no estaba construida y que, en su lugar, había un barranco con un pronunciada pendiente.
Ya en la enfermería, el investigador navarro explica que han sido habituales reconversiones de antiguas edificaciones, de las que se desconocía su origen. Por ejemplo, la enfermería se utilizó en el siglo XVIII como bodega y aún hay en su interior, al menos tres lagares de piedra, uno de ellos con forma de riñón.
La enfermería es similar en dimensiones y planta, aunque algo más estrecha, a Itzandegia, edificio románico, actual refugio de peregrinos en Roncesvalles. Tiene una puerta exterior y dos interiores, originales, con dinteles medievales, y en una de ellas se aprecia el hueco para la tranca que conducía al exterior del claustro románico. El tamaño de la estancia se calcula muy bien en el exterior de la catedral, en el paseo de Ronda del Obispo Barbazán, entre la catedral y la muralla, donde ocupa cinco contrafuertes.
La enfermería, similar a las que existían en los monasterios cistercienses, disponía de una vivienda para el canónigo enfermero y tenía una pequeña capilla. Se utilizaba para atender al Cabildo, porque para peregrinos y gente del pueblo existía un hospital, dentro también de la misma catedral.
En definitiva, Javier Aizpún, canónigo y responsable de Patrimonio en el Arzobispado, resume que poco a poco se soluciona el puzzle que permitirá recomponer todas las épocas con presencia en al catedral. Porque, dentro de las últimas investigaciones, se ha identificado también la sacristía gótica del siglo XV.
@PILAR FDEZ. LARREA, ( Pamplona)/Diario de Navarra.es