Solo su nombre atemoriza a Occidente, en especial a Israel, que ve cómo Hosni Mubarak está haciendo las maletas. Los Hermanos Musulmanes y su presencia en la creación del nuevo orden de Egipto rompen un tabú que siempre ha presentado este grupo islámico, visto como una asociación radical que pretende imponer un régimen al estilo iraní. De hecho, hasta hace poco, era proscrito y ya han pasado casi 40 años desde que se pudo reunir con el Gobierno, concretamente con el de Anwar al Sadat.
Este grupo islámico, políticamente reformista y moralmente ultraconservador, había sido acusado por el actual mandatario de estar relacionado con una supuesta conspiración internacional orquestada por Irán, Siria y Catar, y secundada por el grupo libanés Hizbulá y el palestino Hamás, cuyo fin último sería imponer un régimen de corte radical y medieval.
A partir de este planteamiento, desde 2005 las autoridades han acosado a toda la oposición y se han mostrado reticentes a introducir reformas democráticas bajo el pretexto de que estas darían alas a los Hermanos.
Sin embargo, en su ideario político y en las continuas declaraciones de sus líderes, inclusive durante la actual crisis política, esta agrupación, la primera fuerza opositora del país norteafricano, propugna un régimen constitucional y parlamentario, la alternancia en el poder o lo que definen como «un Estado civil sobre bases islámicas». Pero, precisamente, estas bases islámicas, unidas a su insistencia en aplicar la sharia levanta recelos. Así, rechazarían que una mujer o un cristiano entraran en el Gobierno, y quisieron crear un órgano consultivo de ulemas.
Todas estas propuestas, además de otras duramente criticadas, como la obligación de respetar en público las costumbres islámicas o de que las producciones artísticas cumplan con el Islam, cristalizaron en un borrador de programa político en 2007. No obstante, la oposición tanto dentro como fuera del grupo a estos puntos polémicos, obligaron al colectivo a introducir ciertas reformas. Mientras una parte importante de la oposición laica los considera lobos con piel de cordero, este movimiento no se cansa de repetir que solo pretenden participar, pero sin imponerse.
@Menos de la fotografía: Agencias/El Cairo/ El Adelantado.com