Apreciados Hermanos en Cristo, hemos recibido la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido +Hermano el Dr. Luis Calderón B. Suegro de nuestro amado Hermano y Prior de Perú Fr.+ Ramiro Alonzo Gómez Salas, pidamos en nuestras oraciones al Señor por la salvación de su alma y su eterno descanso.
Desde Fratertempli, +Hermano Ramiro, queremos haceros llegar nuestro sentimiento y acompañaros en él a vos y a toda vuestra familia.
¡Oh, Virgen benditísima, refugio y esperanza de pecadores! Postrado a tus sagrados pies te suplico, por la honra que tienes de ser Madre de Dios y Virgen perpetua y sin mancilla, que cuando mi alma pecadora salga de la cárcel de este cuerpo mortal, Tú la acojas en tus preciosos brazos y la guardes y defiendas de todas las acusaciones, espantos, ilusiones y engaños de los infernales espíritus.
Ven, Señora mía, en aquella hora, acompañada de los ciudadanos de la corte celestial, y llévame por camino derecho y seguro, y preséntame ante el acatamiento de tu dulcísimo Hijo, como Soldado de su Blanca Milicia y para que Él me perdone intercede en mi nombre, para que por Vos, reciba la Luz de su Gracia.
¡Oh Madre de Misericordia! te ofrezco el Amor con que el Eterno Padre te encomendó a su Unigénito Hijo para que también fuese Hijo tuyo y se vistiese de nuestra carne en tus sagradas entrañas; y la caridad con que el mismo Hijo desde el madero santo te encomendó a su querido discípulo, y te le dió por hijo; y aquella gloria con que toda la Santísima Trinidad recibió tu alma santísima cuando, desatada del cuerpo subió al cielo. Pues ¡ Oh Madre de Misericordia! ¡ Oh esperanza mía! No me desampares en esta hora ni permitas que por mi culpa se pierda en mí el fruto de la sangre que de Ti tomó y por mí derramó Jesucristo, tu benditísimo Hijo y mi Señor.
¡Oh, Virgen benditísima, refugio y esperanza de pecadores! Postrado a tus sagrados pies te suplico, por la honra que tienes de ser Madre de Dios y Virgen perpetua y sin mancilla, que cuando mi alma pecadora salga de la cárcel de este cuerpo mortal, Tú la acojas en tus preciosos brazos y la guardes y defiendas de todas las acusaciones, espantos, ilusiones y engaños de los infernales espíritus.
Ven, Señora mía, en aquella hora, acompañada de los ciudadanos de la corte celestial, y llévame por camino derecho y seguro, y preséntame ante el acatamiento de tu dulcísimo Hijo, como Soldado de su Blanca Milicia y para que Él me perdone intercede en mi nombre, para que por Vos, reciba la Luz de su Gracia.
¡Oh Madre de Misericordia! te ofrezco el Amor con que el Eterno Padre te encomendó a su Unigénito Hijo para que también fuese Hijo tuyo y se vistiese de nuestra carne en tus sagradas entrañas; y la caridad con que el mismo Hijo desde el madero santo te encomendó a su querido discípulo, y te le dió por hijo; y aquella gloria con que toda la Santísima Trinidad recibió tu alma santísima cuando, desatada del cuerpo subió al cielo. Pues ¡ Oh Madre de Misericordia! ¡ Oh esperanza mía! No me desampares en esta hora ni permitas que por mi culpa se pierda en mí el fruto de la sangre que de Ti tomó y por mí derramó Jesucristo, tu benditísimo Hijo y mi Señor.