LOURDES, Francia (AP) - El papa Benedicto XVI advirtió el domingo sobre el peligro de una creciente división entre los católicos en torno al uso de la forma tradicional de la misa en latín.
El pontífice dijo a los líderes religiosos franceses que los fieles deberían sentirse como en casa cuando están en su Iglesia, tanto si prefieren que vuelva a usarse la antigua lengua durante ceremonias religiosas o si optan por idiomas modernos.
La controversia afecta principalmente a Francia, donde hay muchos partidarios del arzobispo Marcel Lefebvre, que se rebeló contra las reformas modernizadoras del Vaticano durante la década de 1960, que incluían reemplazar el latín por lenguas vernáculas en la misa.
El año pasado, Benedicto XVI emitió un documento donde le daba la opción a los curas de parroquias de ofrecer la misa en latín con rituales antiguos conocidos como el rito Tridentino, si un "grupo estable" de fieles lo solicitaba. Antes, sólo los obispos podían ofrecer ese rito en latín.
Los obispos franceses habían expresado su preocupación de que la medida pudiera interpretarse como un retroceso en el espíritu liberalizador que se extendió a través de Iglesia a partir del Concilio Vaticano Segundo.
El Papa expresó su preocupación sobre la división entre los partidarios del latín y los que favorecen el uso de las lenguas vernáculas cuando se reunió con obispos de toda Francia en el santuario de Lourdes.
"Estoy consciente de las dificultades a las que se enfrentan ustedes", les dijo a los obispos. "Pero no dudo que, en un periodo de tiempo razonable, puedan hallar soluciones satisfactorias para todo el mundo, para que no destrocemos más la túnica de Cristo".
El pontífice se refería a la unidad de la Iglesia.
"Todo el mundo tiene un lugar en la Iglesia. Cada persona, sin excepción, debería sentirse como en casa y nunca rechazada", dijo el Papa.
El pontífice exhortó a los líderes católicos franceses, desde el cardenal de París a los obispos de diócesis rurales, a ser "servidores de la unidad".
El documento del Papa del 2007 respecto al uso del latín fue considerado como un intento por atraer a un grupo ultratradicionalista y cismático, la Sociedad de San Pío X. Lefebvre fundó la sociedad en 1969 en Suiza para oponerse a las reformas del Vaticano. El arzobispo fue excomulgado después de que consagró obispos sin el consentimiento de Roma.
Benedicto XVI es partidario de reconciliarse con el grupo, que pidió más libertad para poder celebrar la misa al estilo antiguo, más conocida como misa del rito Tridentino.
El pontífice dijo a los líderes religiosos franceses que los fieles deberían sentirse como en casa cuando están en su Iglesia, tanto si prefieren que vuelva a usarse la antigua lengua durante ceremonias religiosas o si optan por idiomas modernos.
La controversia afecta principalmente a Francia, donde hay muchos partidarios del arzobispo Marcel Lefebvre, que se rebeló contra las reformas modernizadoras del Vaticano durante la década de 1960, que incluían reemplazar el latín por lenguas vernáculas en la misa.
El año pasado, Benedicto XVI emitió un documento donde le daba la opción a los curas de parroquias de ofrecer la misa en latín con rituales antiguos conocidos como el rito Tridentino, si un "grupo estable" de fieles lo solicitaba. Antes, sólo los obispos podían ofrecer ese rito en latín.
Los obispos franceses habían expresado su preocupación de que la medida pudiera interpretarse como un retroceso en el espíritu liberalizador que se extendió a través de Iglesia a partir del Concilio Vaticano Segundo.
El Papa expresó su preocupación sobre la división entre los partidarios del latín y los que favorecen el uso de las lenguas vernáculas cuando se reunió con obispos de toda Francia en el santuario de Lourdes.
"Estoy consciente de las dificultades a las que se enfrentan ustedes", les dijo a los obispos. "Pero no dudo que, en un periodo de tiempo razonable, puedan hallar soluciones satisfactorias para todo el mundo, para que no destrocemos más la túnica de Cristo".
El pontífice se refería a la unidad de la Iglesia.
"Todo el mundo tiene un lugar en la Iglesia. Cada persona, sin excepción, debería sentirse como en casa y nunca rechazada", dijo el Papa.
El pontífice exhortó a los líderes católicos franceses, desde el cardenal de París a los obispos de diócesis rurales, a ser "servidores de la unidad".
El documento del Papa del 2007 respecto al uso del latín fue considerado como un intento por atraer a un grupo ultratradicionalista y cismático, la Sociedad de San Pío X. Lefebvre fundó la sociedad en 1969 en Suiza para oponerse a las reformas del Vaticano. El arzobispo fue excomulgado después de que consagró obispos sin el consentimiento de Roma.
Benedicto XVI es partidario de reconciliarse con el grupo, que pidió más libertad para poder celebrar la misa al estilo antiguo, más conocida como misa del rito Tridentino.