Hallan una bala de la Guerra Civil en la imagen del Monasterio de Santa Ana
El escultor jumillano Mariano Spiteri acaba de finalizar la restauración de una imagen de San Antón en cuyo interior se ha encontrado una bala de un fusil mauser, arma utilizada durante la Guerra Civil española.
El proyectil impactó sobre la típica ‘tau’ franciscana que la imagen lleva pintada en su costado derecho y, aunque dejó una grieta, nada hacia sospechar que se tratara del impacto de una bala. No fue hasta que el restaurador sometió a examen a la imagen(a través de escáner y radiografía) que descubrió la existencia del proyectil.
Se sabía que esta imagen de San Antón había sido objeto de agresión durante el asalto que sufrió el convento en la Guerra Civil, ya que la escultura fue tirada al suelo produciéndole daños en varios dedos, la nariz y un pie, pero nada se sabía del balazo recibido. El proyectil, una vez extraído, ha sido colocado en un relicario a los pies de la imagen.
La talla de San Antón es original del siglo XVI y junto a una escultura de Santa Margarita de la misma época son las primeras imágenes adquiridas por la comunidad franciscana para este monasterio, ya que cuando los frailes se hicieron cargo de la ermita previa al convento sólo había una imagen de la Abuela Santa Ana.
Aunque de autor desconocido, Spiteri cree que San Antón puede ser obra de Cristóbal Salazar, quien estuvo por la época en Jumilla participando en la construcción del retablo de la iglesia mayor de Santiago y tuvo mucha relación con el convento.
No es extraño que la imagen de San Antón Abad sea la primera que encargaron los frailes, ya que se trata de seguir el ejemplo de este monje egipcio fundador de la tradición monacal cristiana, hombre santo y austero, muy querido entre la comunidad franciscana.
Trabajos de restauración
No es la primera vez que se retoca la imagen de San Antón. Ya en el siglo XVIII fue sometida a un repiten global que ocultó su policromía original, ahora recuperada por Spiteri.
En la década de los cuarenta del pasado siglo XX un destacado monje de la comunidad, fray Cándido, repintó y restituyó las partes deterioradas de la imagen como consecuencia de la agresión sufrida. Además, sustituyó los dedos mutilados, así como la nariz y el pie, y colocó un cerdo que originalmente no formaba parte de la talla. Ahora, el cerdo se ha quitado y se le ha colocado una corona de santidad y un báculo de acuerdo entre el restaurador y los frailes.
@Incluida la fotografía, JUAN ANTONIO SOLER/La Opinión de Murcia.es