La historia del Camino de Santiago puede considerarse que se inicia con la decapitación en Palestina del Apóstol sobre el año 44 después de Cristo. Según tradiciones cristianas, Santiago el Mayor predicó la fe cristiana en la Península Ibérica y así, tras su muerte, sus discípulos trasladaron su cuerpo a España para enterrarlo en lo que fuera su tierra adoptiva.
Tras perderse la memoria del acontecimiento, sobre el año 820 se produce el descubrimiento de los restos en el Campus Stellae y Teodomiro, el obispo de Iria Flavia (Padrón) certifica oficialmente la aparición, confirmándola. Desde entonces, y coincidiendo con la llamada Reconquista o guerras contra la expansión musulmana, se establece lo que llegaría a ser gran ruta de peregrinación cristiana medieval por tratarse de la tumba del único apóstol enterrado en tierras europeas junto a San Pedro en Roma.
Diferentes caminos
Los caminos de peregrinación coincidían con todas las rutas marítimas o terrestres que comunicaban el lejano noroeste de Europa con el resto del mundo conocido. La idea de la Europa comunicada se refleja en la definición de “una feliz tela de araña”. Ya en España, a Galicia llegaban los peregrinos desde sus cuatro puntos cardinales por unos caminos que, más o menos, se corresponden con los actuales y oficialmente reconocidos, además de adaptados a los caminantes modernos y provistos de abundante información, albergues y servicios.
El más septentrional es el Inglés, bicéfalo, que parte de las Rías de Coruña y Ferrol a donde llegaban los viajeros por mar de toda Europa. En el sentido de las agujas del reloj, el siguiente es el del Norte, que viene por el Cantábrico pero que al entrar en Galicia hace una diagonal llegando a Compostela por el interior tras unirse con el Francés. Igual sucede con el Primitivo, que viene también de Asturias y que, como su nombre indica, es el más antiguo y el que recorrió el rey Alfonso II el Casto una vez descubierta la tumba de Santiago. Siguiendo el mismo sentido, nos encontramos en el centro con el Francés, el más conocido y que por antonomasia es el Camino de Santiago. Viene luego el Camino del Sudeste, popularmente conocido como Vía de la Plata y que desde las montañas de Ourense recorre tres de las cuatro provincias gallegas. También en el Sur de Galicia está el Camino Portugués, que desde la frontera de Tui va cerca de la costa hasta fundirse con el anterior. En la costa está el de la Ruta del Río Ulla y Mar de Arousa, el que fue el de la Traslación de los restos del Apóstol, y también a la costa va la prolongación del Camino desde Compostela a Finisterre y Muxía, con un ramal que une a ambas y que discurre entre playas y acantilados.
El camino francés
Como decíamos, el llamado Camino Francés ha sido el más frecuentado desde que el clérigo francés Aymeric Picaud escribiera en el siglo XII el Codex Calixtinus o guía del peregrino medieval, cuyo original se conserva en la catedral de Santiago. Entra en España por los Pirineos y penetra en Galicia por O Cebreiro, localidad emblemática del Camino en la que se conservan viviendas prerromanas y pervivencias de mitos como el del Santo Grial. Como corresponde a su mayor expansión, todo este Camino es una ruta de arte y tradiciones jacobeas y por ello es el símbolo de todos los caminos y eje de la cultura jacobea. Es el Camino de iniciación que eligen la mayoría de peregrinos, cristianos o no, que encuentran en esta vía, además del simbolismo religioso oficial, otros valores espirituales.
El 800 aniversario de la Catedral
Además de los Años Jubilares o Santos, que se celebran cuando el 25 de julio, festividad del Apóstol Santiago, cae en domingo desde que el Papa Calixto II concediera ese privilegio, los que pretenden en aniversarios o celebraciones una disculpa para emprender un viaje encuentran en la cultura jacobea un verdadero filón, a tenor de la inmensa riqueza de las manifestaciones del culto a Santiago. Sin ir más lejos, este año se celebra un gran acontecimiento, como es el 800 aniversario de la catedral compostelana, considerada como una de las más importantes del mundo. Efectivamente, el 21 de abril de 1211 el obispo Pedro Muñiz consagraba solemnemente la catedral románica dedicada al Apóstol Santiago, y este aniversario se conmemora con un programa cultural de primer orden que pone de relieve la enorme riqueza patrimonial de Compostela y de su catedral, meta del Camino de Santiago y auténtico eje de la evolución de la cultura, el arte y el pensamiento en la Europa Medieval.
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