Un año después de la cesión a la Xunta, sólo los concellos se ocupan de mantener el castillo de Monterrei y de las torres de Xinzo, Sandiás y Porqueira.
Las pretensiones de un acuerdo rubricado hace un año entre el Estado y la Xunta de Galicia para poner en valor cuatro importantes monumentos del medievo gallego en Ourense -las torres de Sandiás, Porqueira y A Pena, junto con el recinto amurallado del Castillo de Monterrei- todavía son, a día de hoy, propósitos futuribles.
El complejo amurallado de Monterrei, cuya techumbre está visiblemente dañadaEl proyecto, mediante el que se cedía de forma gratuita la titularidad de estos bienes patrimoniales a la Administración autonómica, apostaba por convertir el conjunto de Monterrei, la acrópolis más grande de la Comunidad, en un centro de promoción de la moda, el vino y las tradiciones del sur de la provincia. Por su parte, la finalidad que contemplaba el acuerdo para las torres era la de restaurarlas y conservarlas con el objetivo de efectuar en ellas visitas culturales.
HACE UN AÑO
A la escenificación del acuerdo de cesión, celebrado el 30 de junio del pasado año, asistieron los alcaldes de los municipios en los que se emplazan los monumentos, además de representantes del Estado y de la Xunta. El delegado territorial, Rogelio Martínez, dijo entonces: 'Hoy se acaba de firmar la cesión, a lo mejor mañana cambian las cosas', aunque ese mañana todavía no llegó un año después de aquel acto. 'Nada se fixo dende entón', confirmó el regidor de Monterrei, el popular José Luis Suárez, quien asegura: 'Somos os pais tontos do monumento (en referencia al Castillo de Monterrei), porque se non limpamos nós as silvas, non hai quen entre nel'. Su recinto presenta en la actualidad numerosos desperfectos visibles en su tejado. Suárez explica que el ayuntamiento se encarga de la limpieza en las proximidades del castillo y que no puede hacer nada más. Y lo explica: 'Cultura ten a cesión de uso do monumento, calquera actuación que se faga debémoslla comunicar'. Pero, además, el monumento de este municipio, lejos de ser objeto de restauraciones, sufrió la paralización de una obra de 'adoquinado dos seus accesos, que levaba a cabo a Deputación e que contaba co noso apoio', explicó Suárez, quien atribuye a Patrimonio este hecho.
La misma suerte han corrido las tres fortificaciones de A Limia, construidas entre los siglos XI y XII. Aunque todas ellas presentan 'síntomas patentes de deterioro', según Xosé Manuel Pérez Bouza, portavoz del BNG en la comarca, 'a de Sandiás é a máis ruinosa, xa que corre o risco mesmo de virse abaixo'.
La regidora de Sandiás, Concepción Méndez, explica, no obstante, que 'se trata dunha ruina consolidada' y que 'está segura'. Confirma, con todo, que 'as únicas actuacións que se acometeron nela foron de limpeza' y que uno de sus problemas no es otro que los actos vandálicos.
Méndez apunta que los vándalos ya 'arrincaron parte do alumeado do monumento', dejándolo a oscuras. Sostiene, por otra parte, que el Consistorio envió un escrito a la Xunta, que aún no ha surtido efecto, en el que se detallaba los problemas actuales de la torre, que son: 'Os buracos, que deterioran la torre', y los enjambres.
'A XUNTA NON FALA DE PRAZOS'
Susana Vázquez, regidora de Porqueira, municipio en el que se ubica otro monumento, una segunda torre que servía de vigía de la vieja laguna de Antela, apunta que en su ánimo por salvarla, se reunió a principios de año con el director xeral de Patrimonio. Explica que los técnicos, que estuvieron en la torre hace tres meses para inspeccionarla, valoraron la opción de instalar una protección en su parte alta. 'A Xunta non fala de prazos, pero esperemos que sexa pronto', indica. De momento, sólo se efectúan operaciones de limpieza en su entorno.
La última torre, la de A Pena, ubicada en Xinzo, no sufrió tampoco reforma alguna. Lo confirma Manuel López, teniente de alcalde del municipio: 'Os socalcos próximos a ela están deteriorados', indica. 'Ten que ser Patrimonio quen faga un plan de conservación serio', añade.
@o. veloso (OURENSE)/La region