Asistimos extrañados, acaso un tanto perplejos, a un movimiento que ocupa calles y plazas y que pide una auténtica democracia. Esos baños de multitudes siempre son sospechosos. Los que hemos leído a Curzio Malaparte, más concretamente su obra Teoría y Práctica del Golpe de Estado, tendemos hacia la suspicacia y a pensar siempre en quién mueve los hilos. Porque las personas se convierten muchas veces en marionetas y a veces hay una mano muy oscura, de uñas ennegrecidas y teñidas de sangre, que es capaz de cualquier cosa. Eso de las multitudes siempre fue sospechoso. En los mismos evangelios los que reciben a Jesucristo con palmas en las manos lo crucifican unos días más tarde. El ocupar la calle y a ver qué pasa forma parte de la memoria colectiva de España. Lo vivieron nuestros abuelos en Asturias en 1934, con aquella revolución de mineros, sin pies ni cabeza y que a estas alturas se sigue sin saber el motivo. Lo padecieron los católicos cuando el gobierno republicano armó, indiscriminadamene al pueblo. Lo vivimos el 11 M cuando noticias contradictorias pasaban de teléfono a teléfono. Cuando alguien se aferra al poder de esta forma el último recurso es sacar a la gente a la calle. Posteriormente, a río revuelto, ya veremos qué pasa, pero si hay algún grupo experto en la manipulación mediática de la gente son precisamente estos. Que eso ocasiona el hundimiento del turismo, el encarecimiento de la deuda y otras menudencias, pues tal vez no importa pues como dijo el inmortal Góngora, “ándeme yo caliente y ríase la gente”.
Claro cabe otra posibilidad más halagüeña, que el pueblo español no esté realmente muerto. Que todavía queden determinados resortes vitales que lo hagan reaccionar contra las alimañas que dirigen sus vidas. Me encantaría soñar despierto y pensar que eso es así. Por un momento he estado a punto de salir de casa y acudir a la concentración de esta tarde. Luego lo pensé mejor y me quedé quieto: es mejor desconfiar no sea que alguien me vaya a despertar de un sueño.
Fr. +Miguel Angel Pavón Biedma
Colaborador Asociación Cruz de San Andrés