El documento médico concluye que Breivik padece “esquizofrenia paranoide” y que estaba en estado sicótico cuando cometió la matanza en la isla de Utoya y durante las entrevistas con los siquiatras, por lo que debe ser considerado como no imputable penalmente.
Si la Comisión de Medicina Forense avala el informe, cuyo fallo será hecho público antes de Navidad, la Fiscalía pedirá al tribunal que Breivik sea condenado a tratamiento siquiátrico forzado, “si es necesario por el resto de su vida”, dijo a la prensa la fiscal Inga Bejer Engh.
“Cuando una persona sufre un estado sicótico al cometer un acto punible, no puede ser condenada a una pena de cárcel”, resaltó Engh, recordando que es un principio jurídico vigente en Noruega desde la Edad Media.
“La conclusión es que está loco”, dijo el fiscal Svein Holden: “Vive en su propio universo delirante y sus pensamientos y sus actos se rigen por este universo”.
Breivik, de 32 años, cree que ha sido designado para decidir quién debe vivir y quién no y para salvar a la humanidad. Los asesinatos, que él llama “ejecuciones”, los cometió “por amor a su gente”, explicó Holden. El fundamentalista cristiano se considera “el caballero más perfecto desde la II Guerra Mundial” y cree que su organización, los Caballeros Templarios, asumirá el poder en Europa y él será regente en Noruega.
El documento final consta de 243 páginas, fruto de 13 entrevistas de un total de 36 horas con Breivik y de otra “cantidad significativa” de documentos.
Los abogados que representan a los afectados por los atentados destacaron que no hay ningún motivo para tener miedo de que Breivik pueda quedar libre pronto, ya que “permanecerá en una institución cerrada durante muchos años, posiblemente el resto de su vida”.
Breivik hizo estallar un coche-bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron ocho personas, e inmediatamente después se trasladó a la isla de Utoya, donde disparó de forma indiscriminada y mató a otras 69 personas, que en su mayoría eran asistentes al campamento de las Juventudes Laboristas.
Horas antes envió por correo electrónico a un millar de contactos el manifiesto “2083. Una declaración de independencia europea”, de mil 500 páginas, en el que expone sus ideas y en el que llevaba trabajando años, al igual que en los preparativos de los atentados.
Numerosos familiares de las víctimas y supervivientes de los atentados de julio pasado expresaron su decepción porque no se pueda hacer cumplir a Breivik una condena.
El proceso contra Breivik arrancará el 16 de abril del próximo año.
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