Arrancan los actos de celebración del Tricentenario de la Biblioteca Nacional con una exposición que subraya los hitos de la institución y sus tesoros más relevantes. Grabados de Goya, Rembrandt o Tapies; carteles de la Guerra Civil; el último soneto de Miguel Hernández o un original de Unamuno son algunos de los objetos que se muestran en la exposición 'Biblioteca Nacional de España. 300 años haciendo historia', que será inaugurada este martes por los Reyes.
Organizada por la BNE y Acción Cultural Española (AC/E), la muestra está dividida en tres espacios: 'Historia, Trabajos y Desafíos y retos de la tecnología'. Y durante el recorrido, el visitante descubrirá manuscritos, incunables, autógrafos, carteles, fotografías, mapas y una curiosa muestra de ephemra. Todos estos objetos se han seleccionado entre los más de 30.000 millones de documentos que alberga la Biblioteca Nacional, según subraya su directora, Gloria Peréz-Salmeron.
Y ese ha sido uno de los grandes 'desafíos' de la Biblioteca Nacional albergar esta enorme cantidad de fondos, que llegaron a la institución sobre todo a raíz de las desamortizaciones que comenzaron en la época de José Bonaparte, según explica José Manuel Lucía, comisario de la muestra.
PIEZAS DESTACABLES
En este sentido, José Manuel Lucía señala que lo más significativo de esta exposición es la 'riqueza y variedad' de sus fondos y destaca piezas únicas como el original de Miguel de Unamuno, 'De Fuerteventura a París' adquirido en subasta, que escribió el autor en forma de sonetos durante su exilio en la isla; el manuscrito original de 'Cañas y barro' de Vicente Blázquez o uno de los últimos poemas de Miguel Hernández, escrito desde la cárcel.
Junto a ellas se exhiben piezas como las 'Cantigas de Santa María' o el manuscrito 'Las siete partidas de Alfonso X El Sabio' el dibujo 'Cabeza de niña' de Velázquez; el aguafuerte 'La muerte de la Virgen' de Rembrandt, 'Los caprichos' de Goya o el facsimil de la primera edición de 'El Quijote'.
Igual de relevante es su colección de manuscritos, formada por unos 1.600 códices medievales, muchos de ellos con miniaturas, más de diez mil manuscritos dramáticos, innumerables autógrafos, gran cantidad de documentos históricos y genealógicos, y un variado conjunto de archivos personales. Entre los autógrafos que se exhiben en esta muestra del tricentenario figuran el de Lope de Vega, Borges o Ramón de la Serna.
En el ámbito de la música, explicar que la colección inicial está formada por partituras donadas o encargadas por Felipe V y sus sucesores, a las que se sumaron las de la biblioteca de los Austrias y fondos procedentes de otros tipos de ingreso. Destacan originales firmados por Tomás de Bretón o el manuscrito del concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo.
En el capítulo fotográfico, la exposición rescata también imágenes de ambos bandos de la Guerra Civil, procedentes del archivo del Ministerio de Información y Turismo e imágenes de fotógrafos como Charles Clifford, Jean Laurent o Vicente Ibáñez.
LA TECNOLOGÍA EN LA BNE
Tras este acercamiento al tronco de sus fondos, la muestra dedica su espacio a la tecnología, y cómo ésta ofrece nuevas posibilidades de conservación y difusión. En este apartado, sorprende ver el primer ordenador portátil, del año 1996, o el primer ordenador de mesa que se uso en la Biblioteca Nacional.
Para el comisario de la muestra, José Manuel Lucía, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, el reto ha sido celebrar el Tricentenario y acercar al visitante a 'la historia de la BNE, sus tesoros, sus edificios, su estructura, sus trabajos diarios, sus retos y sus desafíos'.
En este sentido, José Manuel Lucía, asegura que la Biblioteca Nacional de España es una de las instituciones que mejor ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Por ello subraya la posibilidad de bajarse (de manera gratuita) una aplicación específica de la exposición en AppStore y en Android y también se ha creado un código QR para poder ir directamente a la visita guiada de la muestra.
Arranca de esta forma un año de celebraciones que se clausurará a finales de 2012 con una reunión internacional de hispanistas. A lo largo de este tiempo habrá actividades con editores, libreros y el mundo del libro, espectáculos teatrales, conferencias en torno al libro como aporte del saber, exposiciones, conciertos, publicaciones y una reunión de Premios Cervantes que consiste en lecturas de sus textos realizadas por ellos mismos junto a su retrato.
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