Después del "parón bloguero" durante la Semana Santa, motivado por el encuentro de +Hermanos de diferentes lugares de España en Alcobendas, (Madrid), donde como todos los años hemos salido con Nuestro Señor por las calles de la localidad, hay volvemos, aunque aún estamos a la espera de recibir la cantidad de fotografías tiradas en estas procesiones de Alcobendas.
Cuando las recibamos y hagamos el artículo recopilatorio de Semana Santa no sgustaría subir no solo las nuestras, sino la de las otras ramas de la Orden que también han salido procesionando en esta Semana Santa, Bendita Semana, como es el caso de la RMOCT, que ya nos ha hecho llegar sus fotografías. Queremos subir fotografías de todos los +Hermanos que han salido en esta Semana Santa, sin importar la rama a la que pertenezcan, pero si es nuestra intención que en el mundo, el resto de +Hermanos, conozca como vivimos la Semana Santa los Templarios y nuestra participación en ella.
Pedimos a los +Hermanos de otras ramas que por favor nos envíen a fratertempli@yahoo.es las fotografías de sus salidas procesionales, al igual que a los +Hermanos "fotográfos" que relaizaron las fotografías en Alcobendas nos las envíen a la menor brevedad para poder realizar un post lo más completo posible y que pueda ser compartido por todos los +Hermanos, repetimos, sean de la rama que sean.
Ahora yá, una vez efectuada la petición de fotografías y terminadas las explicaciones, tenemos que decir que la gran noticia es que "HA RESUCITADO, CRISTO HA RESUCITADO".
Pese a los pederastas, a las meteduras de pata de la Iglesia, pese a leyes criminales abortistas, pese a la corrupción política y judicial, pese a la crisis sacerdotal y a la económica, pese a todo, o quizás precisamente por todo ello, CRISTO HA RESUCITADO, ha vencido a la muerte, y está de nuevo con nosotros.
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tu me mueves, Señor,
muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor,
y en tal manera, que,
aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, que aunque no hubiera infierno,
te temiera.
No me tienes que dar por que te quiera;
pues, aunque cuanto espero no esperara;
lo mismo que quiero te quisiera.