El proyecto cuenta con un presupuesto de 80.451 euros
Las labores afectarán tanto a la zona exterior como a la interior del templo
El proyecto de restauración -dirigido por el arquitecto Federico Dietl Sagüés- contempla la intervención teniendo en cuenta la premisa de que el inmueble está incluido en el régimen de protección de monumentos del Plan Especial del Casco Histórico de Toledo. Así, la conservación y la consolidación marcan las pautas a seguir para lograr mantener el edificio en «correctas condiciones de salubridad y ornato», por supuesto «sin alterar su estructura y distribución, ni ocultar o modificar valores constructivos o morfológicos». Todo ello afianzando, reforzando o sustituyendo «elementos dañados para asegurar su estabilidad», según consta en el proyecto.
Pues bien, con la concesión de la licencia de obras, la empresa adjudicataria -Damarim S.L.- puede comenzar la intervención que, según estaba estipulado en el pliego, debe ejecutarse en tres meses.
Las labores afectarán tanto a la zona exterior como a la interior del templo -que es sede del Gremio de los Hortelanos- porque, como apuntó en su día Manuel Santolaya, gerente del Consorcio, la «cubierta se encuentra bastante deteriorada» y necesita «una mejora que proteja el edificio de las humedades y de sus consecuencias».
Y puesto que el diagnóstico de las patologías -recogido en el documento- y su consiguiente subsanación requiere de la instalación de andamiaje, el responsable del proyecto propone en su informe acometer dos fases en las obras de restauración. La primera cubriría «los faldones sur, este y norte del crucero, el altar y el edificio anexo», mientras que la segunda se centraría «en la nave principal y en los faldones oeste del crucero».
En cuanto a la identificación de daños detectados, los faldones de la nave central presentan, en general, «un mejor conservación», siendo los faldones correspondientes al crucero, al altar y al cuerpo anexo los que poseen «un aspecto más deteriorado». Es de suponer, aclara el arquitecto, que el entablado «se encuentre muy deteriorado» al existir «corrimientos de tejas, entrada de agua y desprendimiento de tejas en cumbreras y aleros», razón por la que considera necesario «el levantado de estos elementos para su correcta reposición».
Por supuesto, en un «estado deficiente de conservación» se encuentran también las buhardillas de la iglesia ya que, según recoge el informe, los movimientos de los palos de madera sobre los que asientan los paños de cerramiento lateral «han provocado descuadres, grietas y fisuras en la mayoría» de las piezas. No olvida proponer el desmontaje y reposición de la carpintería de madera de las mismas.
Memoria histórica.
Como todo proyecto que se precie, recoge un apartado destinado a la memoria histórica en que se destaca la iglesia de San Miguel el Alto como una de las más antiguas parroquias latinas de la ciudad. Es posible que estuviese relacionada con la Orden del Temple, sirviendo la misma como capilla u oratorio de la hospedería que tuvieron los caballeros de esta orden cerca del templo.
Posee, San Miguel el Alto, la peculiaridad de su cobertizo, sobre el que se asienta su capilla mayor, típico de los conventos toledanos pero poco habituales en iglesias parroquiales, lo que propicia la teoría de que en su momento sirvió de comunicación entre el templo y la supuesta hospedería. La iglesia volvió a tener culto -en calidad de filial de la parroquia de San Justo- tras la restauración acometida en los años cincuenta.
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