Pere el Gran era tan alto como su padre, fue embalsamado y lo enterraron junto con un extraño mechón de cabellos ritual
Los investigadores preparan los restos de Pere el Gran para el traslado. generalitat de catalunya
El rey medieval de la Corona de Aragón Pere el Gran fue embalsamado, estaba sano y medía 1,73 metros, más que la media de la época, según los primeros resultados de la apertura de la tumba, en el monasterio de Santes Creus (Tarragona), y su posterior traslado al Centre de Restauració de Béns Mobles de Cataluña, en Valldoreix (Sant Cugat del Vallès), donde ahora se analizará en profundidad.
Pere el Gran (Valencia, 1240 - Vilafranca del Penedès, 1285) es el hijo de Jaume I, el monarca que fundó el Reino de Valencia, de ahí la importancia del estudio de sus restos, que fue anunciado el pasado mes de noviembre por la Generalitat de Catalunya y el Museo de Historia dentro de las actividades por los 850 años del monasterio de Santes Creus, muy cercano al de Poblet, donde está el sarcófago de Jaume I.
Otro dato que avala la relevancia de esta investigación es que el cuerpo de Pere el Gran (III de Aragón, II de Cataluña y I de Valencia) es el único sin profanar de todo su linaje desde que fue depositado en su tumba actual entre los años 1302 y 1303.
Más de siete siglos después, entre los pasados días 15 y 17, el sepulcro fue abierto por un equipo de más de 40 investigadores. El departamento de Cultura de la Generalitat catalana ofreció ayer los primeros datos e imágenes de este acontecimiento.
El hallazgo de un mechón
Por ahora, ya se ha podido constatar que el cuerpo de Pere el Gran fue embalsamado, una práctica habitual en los enterramientos de miembros de casas reales a partir del siglo XII. Se sabe porque se han encontrado restos de brea, sílice y hierbas aromáticas utilizadas en las recetas egipcias que se respetaban en época medieval.
También se sabe ya que medía 1,73 metros, una estatura superior a la media de la época. Coincide este dato con lo que las crónicas dejaron escrito de su padre, del que destacaron su extraordinaria altura.
Una sorpresa para los investigadores ha sido encontrar en la tumba un mechón de cabellos, que no se sabe si pertenecen al rey o a algún miembro de su familia. La práctica de dejar muestras de cabello en enterramientos se había encontrado en otras épocas, como la griega, pero nunca antes en la Edad Media, según el dossier difundido ayer por la Generalitat.
El dato de la altura del rey es aproximado, porque el cuerpo está ligeramente arqueado, para ajustarse a la bañera de origen romano en la que fue enterrado, siguiendo un rito que se usaba en Sicilia y que procede del Imperio de Roma.
Una de las particularidades del cuerpo del rey es que los pies se encuentran separados del cuerpo. La hipótesis es que se recolocaron entre las piernas para adaptar el cuerpo a las dimensiones de la bañera al ser trasladado de su primera tumba en Santes Creus al sepulcro real en 1302.
Los análisis sobre los restos de telas indican la ausencia de tejidos relacionados con el carácter regio del cuerpo, lo que daría veracidad a la crónica de Bernat Desclot, que explica que Pere el Gran fue enterrado con hábito monástico.
Además, las manchas de humo y restos de cera confirman que en 1857 se abrió parcialmente la tumba, tal como consta en las memorias de Bonaventura Hernández Sanahuja, comisionado en la restauración de Santes Creus, para verificar el enterramiento real.
El ADN sólo se podrá comparar si se abre la tumba de Jaume I
El informe presentado ayer por el conseller de Cultura, Joan Manuel Tresserras, incide en que los resultados del ADN de Pere el Gran pueden "abrir la puerta a una futura investigación" que abarque el conjunto de los reyes de la Corona de Aragón, y se refiere, en concreto, a los enigmas de Jaume I. La tumba de éste en el monasterio de Poblet (Tarragona) fue profanada en el siglo XIX y su sepulcro, ante la duda, conserva en la actualidad dos cráneos. El ADN del hijo del Conquistador puede resolver estos enigmas, pero para ello será necesario abrir el sarcófago de Poblet, algo que el abad ha rechazado hasta ahora, aunque una posición claramente favorable de la Generalitat catalana puede eliminar muchas trabas. Aunque la comparación de ADN por vía paterna es más compleja, los expertos la ven posible.
El rey medieval de la Corona de Aragón Pere el Gran fue embalsamado, estaba sano y medía 1,73 metros, más que la media de la época, según los primeros resultados de la apertura de la tumba, en el monasterio de Santes Creus (Tarragona), y su posterior traslado al Centre de Restauració de Béns Mobles de Cataluña, en Valldoreix (Sant Cugat del Vallès), donde ahora se analizará en profundidad.
Pere el Gran (Valencia, 1240 - Vilafranca del Penedès, 1285) es el hijo de Jaume I, el monarca que fundó el Reino de Valencia, de ahí la importancia del estudio de sus restos, que fue anunciado el pasado mes de noviembre por la Generalitat de Catalunya y el Museo de Historia dentro de las actividades por los 850 años del monasterio de Santes Creus, muy cercano al de Poblet, donde está el sarcófago de Jaume I.
Otro dato que avala la relevancia de esta investigación es que el cuerpo de Pere el Gran (III de Aragón, II de Cataluña y I de Valencia) es el único sin profanar de todo su linaje desde que fue depositado en su tumba actual entre los años 1302 y 1303.
Más de siete siglos después, entre los pasados días 15 y 17, el sepulcro fue abierto por un equipo de más de 40 investigadores. El departamento de Cultura de la Generalitat catalana ofreció ayer los primeros datos e imágenes de este acontecimiento.
El hallazgo de un mechón
Por ahora, ya se ha podido constatar que el cuerpo de Pere el Gran fue embalsamado, una práctica habitual en los enterramientos de miembros de casas reales a partir del siglo XII. Se sabe porque se han encontrado restos de brea, sílice y hierbas aromáticas utilizadas en las recetas egipcias que se respetaban en época medieval.
También se sabe ya que medía 1,73 metros, una estatura superior a la media de la época. Coincide este dato con lo que las crónicas dejaron escrito de su padre, del que destacaron su extraordinaria altura.
Una sorpresa para los investigadores ha sido encontrar en la tumba un mechón de cabellos, que no se sabe si pertenecen al rey o a algún miembro de su familia. La práctica de dejar muestras de cabello en enterramientos se había encontrado en otras épocas, como la griega, pero nunca antes en la Edad Media, según el dossier difundido ayer por la Generalitat.
El dato de la altura del rey es aproximado, porque el cuerpo está ligeramente arqueado, para ajustarse a la bañera de origen romano en la que fue enterrado, siguiendo un rito que se usaba en Sicilia y que procede del Imperio de Roma.
Una de las particularidades del cuerpo del rey es que los pies se encuentran separados del cuerpo. La hipótesis es que se recolocaron entre las piernas para adaptar el cuerpo a las dimensiones de la bañera al ser trasladado de su primera tumba en Santes Creus al sepulcro real en 1302.
Los análisis sobre los restos de telas indican la ausencia de tejidos relacionados con el carácter regio del cuerpo, lo que daría veracidad a la crónica de Bernat Desclot, que explica que Pere el Gran fue enterrado con hábito monástico.
Además, las manchas de humo y restos de cera confirman que en 1857 se abrió parcialmente la tumba, tal como consta en las memorias de Bonaventura Hernández Sanahuja, comisionado en la restauración de Santes Creus, para verificar el enterramiento real.
El ADN sólo se podrá comparar si se abre la tumba de Jaume I
El informe presentado ayer por el conseller de Cultura, Joan Manuel Tresserras, incide en que los resultados del ADN de Pere el Gran pueden "abrir la puerta a una futura investigación" que abarque el conjunto de los reyes de la Corona de Aragón, y se refiere, en concreto, a los enigmas de Jaume I. La tumba de éste en el monasterio de Poblet (Tarragona) fue profanada en el siglo XIX y su sepulcro, ante la duda, conserva en la actualidad dos cráneos. El ADN del hijo del Conquistador puede resolver estos enigmas, pero para ello será necesario abrir el sarcófago de Poblet, algo que el abad ha rechazado hasta ahora, aunque una posición claramente favorable de la Generalitat catalana puede eliminar muchas trabas. Aunque la comparación de ADN por vía paterna es más compleja, los expertos la ven posible.
@Europa Press/A.G.
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