Nos ha gustado mucho la noticia que hoy publica el diario del Alto Aragón, en crónica o reportaje escrito por Alba AGUILÓN, contando que un pintor aragonés, natural de Belver de Cinca o Belver de los Horrores como es conocido generalmente, quiera sustituir las obras de arte y el patrimonio artístico desaparecido en la franja con sus pinturas.
Es una ardua y gran labor, pues hay mucho que representar, ya que es mucho lo expoliado, mucho lo profanado.
Seguiremos de cerca la obra de este pintor de Belver y le sugerimos un gran cuadro para acercar la verdad de lo sucedido en su pueblo, y trataría de representar la profanación y expolio de la Iglesia de Belver. Sería algo así como el cura Isidro Berenguer con la sotana remangada y tirando en capachos situados en la calle las calaveras y restos profanados de los Caballeros Templarios defensores de los Castillos de Monzón y Chalamera y los de los vecinos enterrados con ellos en la Iglesia. Y detrás de él, aplaudiendo, a los obispos, políticos, jueces, fiscales y abogados que permitieron ese proceder "completamente digno de la actuación de un sacerdote que se precie". Mientras , al fondo se podría ver a D. Miguel Fox y a la Guardia Civil recogiendo los restos que pudieron de la zanja/vertedero en un intento de reparar el daño causado por el cura y sus cómplices.
Es solo una idea para este pintor empeñado en reflejar los expolios de la franja. Menos mal que parece joven, porque trabajo tiene como para tres o cuatro vidas.
Lean ahora la noticia publicada:
"Aragón viejo" hace un "guiño" al arte aragonés desaparecido
Francisco Alastruey junto a uno de sus cuadros titulado "La boda". VÍCTOR IBÁÑEZ
El pintor Francisco Alastruey, residente en Binéfar pero natural de Belver de Cinca, inauguró ayer su primera exposición en la capital oscense bajo el título de "Aragón viejo". Como su propio nombre indica, los cuadros de la colección se refieren a momentos históricos y tradiciones de la Comunidad, aunque predominan los de la época de medieval en la provincia de Huesca. "Me llama la atención el tema medieval y el tema aragonés. En todas las obras hay un guiño a las piezas artísticas que antes estaban en Aragón y que ahora están destruidas o en Cataluña, como es el tema del expolio de los bienes de la Franja. Es una especie de reivindicación y por eso quería pintarlas, para que pudieran estar también en su lugar, que es Aragón", relató el artista.
El primer cuadro que se encuentra el espectador cuando entra en la sala es un retablo de Blasco de Grañén de 1432 que estuvo expuesto en la Iglesia de Ontiñena durante 600 años, hasta que lo quemaron durante la Guerra Civil. Después de más de 70 años, el pintor oscense lo ha recuperado a partir de una foto en blanco y negro. Aunque asegura que es el cuadro por el que más cariño siente, dice que no disfrutó cuando lo pintaba tanto como con los otros, ya que, al ser una copia del original, no disponía de libertad para dar rienda suelta a su creatividad. "El resto son de mi invención, aunque todos hacen referencia a un tema aragonés", explicó.
En un total de doce obras, Francisco Alastruey representa también costumbres, como en "Cosecha en Monegros", que refleja la postura de un campesino medieval; "Fragatina", en la que aparece una mujer con el moño típico de rosca y el mantón de manila mirando por una ventana parecida a la del Palacio de Moncada; "Dragón y Sigena", una interpretación un tanto personal de la leyenda de San Jorge; o "Cañiz y Fendejo", dos materiales que se usaban habitualmente en el campo.
Otros representan elementos artísticos, como en "Friso de Aljafería", que el autor considera su favorito desde el punto de vista estético; "Ventana de Ayerbe", la ventana de un palacio de la localidad a través de la cual se vislumbran documentos antiguos; "Sigena", en la que se representa una puerta del Monasterio de Villanueva de Sigena; o "Fruta y mudéjar", que interpreta un mural mudéjar de Teruel.
Uno de los últimos de esta serie, "Papayas", es un cuadro más pequeño y de un color más claro, que representa la forma de una puerta de la Aljafería con varias papayas a los pies. "He llegado a un momento en el que estoy evolucionando hacia un tipo de formato más reducido y más moderno", comentó el pintor, quien, además de al arte medieval, es aficionado a la pintura abstracta.
La técnica es otra peculiaridad de esta muestra, ya que, según admitió el propio artista, no son "cuadros al uso propiamente dichos, sino que encierran también trabajo de albañilería". Las obras, todas confeccionadas con poliéster o fibra de vidrio, aportan un relieve y una plasticidad especial a la imagen. "Es complicado, huele mucho y lleva mucho trabajo. Primero se hace la plantilla con el material y después se pinta, por lo que tienes que tener claro cómo va a ser el cuadro", expresó. Además del poliéster, sus cuadros contienen materiales tan diversos como botellas de plástico, tierra, cuerda, telas, madera, hierro e incluso balines de escopeta.
Francisco Alastruey, que es comercial y se dedica a la pintura por afición, al cumplir 40 años se planteó "ponerse más en serio con esto de la pintura" porque, según manifestó, a todos los artistas les gusta exponer sus obras. Por eso, hace unos meses está intentando promover su pintura con la Asociación Redol-Arte, formada por once pintores binefarenses. El pintor ya ha expuesto su colección "Aragón viejo" en Lérida, Binéfar y Monzón, y pretende continuar en el Palacio de Congresos de Barbastro, donde expondrá junto con sus compañeros del colectivo durante la festividad de San Jorge.
"Me gustaría que el público reparara en que son cuadros de Aragón, pintados con mucho cariño, que recuperan tradiciones y trozo de historias de Aragón que ya no están", reveló Alastruey. La muestra se puede ver en la Sala Cai de Huesca, de lunes a viernes en horario de 18,30 a 21 horas.
Es una ardua y gran labor, pues hay mucho que representar, ya que es mucho lo expoliado, mucho lo profanado.
Seguiremos de cerca la obra de este pintor de Belver y le sugerimos un gran cuadro para acercar la verdad de lo sucedido en su pueblo, y trataría de representar la profanación y expolio de la Iglesia de Belver. Sería algo así como el cura Isidro Berenguer con la sotana remangada y tirando en capachos situados en la calle las calaveras y restos profanados de los Caballeros Templarios defensores de los Castillos de Monzón y Chalamera y los de los vecinos enterrados con ellos en la Iglesia. Y detrás de él, aplaudiendo, a los obispos, políticos, jueces, fiscales y abogados que permitieron ese proceder "completamente digno de la actuación de un sacerdote que se precie". Mientras , al fondo se podría ver a D. Miguel Fox y a la Guardia Civil recogiendo los restos que pudieron de la zanja/vertedero en un intento de reparar el daño causado por el cura y sus cómplices.
Es solo una idea para este pintor empeñado en reflejar los expolios de la franja. Menos mal que parece joven, porque trabajo tiene como para tres o cuatro vidas.
Lean ahora la noticia publicada:
"Aragón viejo" hace un "guiño" al arte aragonés desaparecido
El pintor Francisco Alastruey, residente en Binéfar pero natural de Belver de Cinca, inauguró ayer su primera exposición en la capital oscense bajo el título de "Aragón viejo". Como su propio nombre indica, los cuadros de la colección se refieren a momentos históricos y tradiciones de la Comunidad, aunque predominan los de la época de medieval en la provincia de Huesca. "Me llama la atención el tema medieval y el tema aragonés. En todas las obras hay un guiño a las piezas artísticas que antes estaban en Aragón y que ahora están destruidas o en Cataluña, como es el tema del expolio de los bienes de la Franja. Es una especie de reivindicación y por eso quería pintarlas, para que pudieran estar también en su lugar, que es Aragón", relató el artista.
El primer cuadro que se encuentra el espectador cuando entra en la sala es un retablo de Blasco de Grañén de 1432 que estuvo expuesto en la Iglesia de Ontiñena durante 600 años, hasta que lo quemaron durante la Guerra Civil. Después de más de 70 años, el pintor oscense lo ha recuperado a partir de una foto en blanco y negro. Aunque asegura que es el cuadro por el que más cariño siente, dice que no disfrutó cuando lo pintaba tanto como con los otros, ya que, al ser una copia del original, no disponía de libertad para dar rienda suelta a su creatividad. "El resto son de mi invención, aunque todos hacen referencia a un tema aragonés", explicó.
En un total de doce obras, Francisco Alastruey representa también costumbres, como en "Cosecha en Monegros", que refleja la postura de un campesino medieval; "Fragatina", en la que aparece una mujer con el moño típico de rosca y el mantón de manila mirando por una ventana parecida a la del Palacio de Moncada; "Dragón y Sigena", una interpretación un tanto personal de la leyenda de San Jorge; o "Cañiz y Fendejo", dos materiales que se usaban habitualmente en el campo.
Otros representan elementos artísticos, como en "Friso de Aljafería", que el autor considera su favorito desde el punto de vista estético; "Ventana de Ayerbe", la ventana de un palacio de la localidad a través de la cual se vislumbran documentos antiguos; "Sigena", en la que se representa una puerta del Monasterio de Villanueva de Sigena; o "Fruta y mudéjar", que interpreta un mural mudéjar de Teruel.
Uno de los últimos de esta serie, "Papayas", es un cuadro más pequeño y de un color más claro, que representa la forma de una puerta de la Aljafería con varias papayas a los pies. "He llegado a un momento en el que estoy evolucionando hacia un tipo de formato más reducido y más moderno", comentó el pintor, quien, además de al arte medieval, es aficionado a la pintura abstracta.
La técnica es otra peculiaridad de esta muestra, ya que, según admitió el propio artista, no son "cuadros al uso propiamente dichos, sino que encierran también trabajo de albañilería". Las obras, todas confeccionadas con poliéster o fibra de vidrio, aportan un relieve y una plasticidad especial a la imagen. "Es complicado, huele mucho y lleva mucho trabajo. Primero se hace la plantilla con el material y después se pinta, por lo que tienes que tener claro cómo va a ser el cuadro", expresó. Además del poliéster, sus cuadros contienen materiales tan diversos como botellas de plástico, tierra, cuerda, telas, madera, hierro e incluso balines de escopeta.
Francisco Alastruey, que es comercial y se dedica a la pintura por afición, al cumplir 40 años se planteó "ponerse más en serio con esto de la pintura" porque, según manifestó, a todos los artistas les gusta exponer sus obras. Por eso, hace unos meses está intentando promover su pintura con la Asociación Redol-Arte, formada por once pintores binefarenses. El pintor ya ha expuesto su colección "Aragón viejo" en Lérida, Binéfar y Monzón, y pretende continuar en el Palacio de Congresos de Barbastro, donde expondrá junto con sus compañeros del colectivo durante la festividad de San Jorge.
"Me gustaría que el público reparara en que son cuadros de Aragón, pintados con mucho cariño, que recuperan tradiciones y trozo de historias de Aragón que ya no están", reveló Alastruey. La muestra se puede ver en la Sala Cai de Huesca, de lunes a viernes en horario de 18,30 a 21 horas.