Un pura raza inglés compite por primera vez en 700 años de Caballos del vino
El caballo "Luna Dary", un pura raza inglés de cinco años, castaño y de más de 500 kilos, es el primer ejemplar extranjero que participa en la carrera de los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz, que se celebra desde hace 700 años cada 2 de mayo, en la cuesta de subida al Castillo.
Este caballo musculoso, de carácter tranquilo y "bastante inteligente", según José Francisco García, de la peña "Minipúa", fue comprado hace unos meses, por un precio que sus dueños prefieren no desvelar, en el hipódromo de La Zarzuela.
Llegó en octubre a Caravaca de la Cruz, y será sin duda este mediodía el centro de todas las miradas de los miles de espectadores que siguen esta centenaria fiesta, declarada de Interés Turístico Internacional.
Los dueños de "Luna Dary" y quienes lo han visto entrenar, como el presidente de los Caballos del Vino, Jesús Bermúdez, están convencidos de que puede ser el primer extranjero que gane hoy la carrera, aunque también reconocen que tiene el hándicap de que "nunca se ha visto en un atolladero como éste": una estrecha calle en cuesta repleta de gente, que tiene que hacerle paso para subir al Castillo lo más rápidamente posible.
De hecho, este caballo inglés llegó a Caravaca de la Cruz para intentar quitar el título de tres veces campeón de la carrera, y además de forma consecutiva, a "Lanzero", un cruce hispano-árabe de pelaje tordo, también cercano a los 600 kilos y criado en la ganadería de "Cebada Gago".
Las sesenta peñas de la "carrera del vino" se miden hoy en velocidad, por un lado, y por otro en la belleza de los mantos que adornan a sus caballos, y no obtienen a cambio ningún premio en metálico porque "se compite solo por pasión", en palabras del presidente de estas fiestas.
Jesús Bermúdez explicó a EFE que hace 700 años, cuando Caravaca de la Cruz era tierra fronteriza con el Reino Nazarí de Granada y había sido sitiada por los musulmanes, los templarios rompieron el cerco moro, metieron en el Castillo vino que llevaban escondido en las alforjas de sus caballos, y salvaron al pueblo de morir por el agua envenenada que, según dicen, habían puesto los enemigos en los aljibes.
Desde entonces, cada 2 de mayo se celebra en esta ciudad de la comarca murciana del Noroeste ese logro del bando cristiano, que, como insiste el presidente de los Caballos del Vino, no hubiera sido posible nunca sin la ayuda del animal.
En Caravaca de la Cruz, donde la población se multiplica por cinco en la semana de fiestas, empezaron en la Edad Media a engalanar con ricos mantos a sus caballos y a celebrar carreras en la subida al Castillo para recordar ese día y dar las gracias por lo que ocurrió, en una tradición que se ha ido enriqueciendo con los años hasta llegar "a lo que ahora es una auténtica devoción", dijo a EFE Bermúdez.
Así, 60 caballos guiados por cuatro corredores cada uno compiten en los 80 metros de la "Cuesta del Castillo" para conseguir ser el más rápido en subir a la explanada y, además, hacerlo con los mejores y más vistosos adornos, siempre de motivos alusivos al medievo.
Para ello, aparte de entrenar para la carrera durante meses a los animales por los campos de la población, las mujeres de Caravaca de la Cruz trabajan todo el año en bordar con seda, oro, plata, canutillos y pedrerías estos mantos, que pueden llegar a costar más de 45.000 euros "sin ninguna exageración", en palabras de Jesús Bermúdez.
En esta peculiar y vistosa carrera, que transcurre durante escasos segundos, los animales y sus guías, que no pueden dejar de tocar al caballo para no ser eliminados, se van abriendo paso entre la multitud que se agolpa en la estrecha calle, una cuesta empedrada del 10 por ciento de desnivel, que se cubre de arena este día para no dañar a los animales.
Jesús Bermúdez, que ha corrido durante 24 años en una tradición que pasa de padres a hijos y que se enorgullece de haber sido subcampeón en una ocasión, dice que este año tiene, si cabe, mayor interés por la participación del caballo "Luna Dary".
Los 60 "Caballos del Vino" de Caravaca de la Cruz se someten al cronómetro del jurado una vez transcurridas dos horas, el tiempo aproximado de duración del doble concurso: rapidez y "enjaezamiento", y tienen como referencia para este año el récord logrado en 2008, cuando "Lanzadero" subió al Castillo en 8,344 segundos (156 centésimas por debajo del récord anterior).
@Agencia EFE