HOY SE CUMPLEN 700 AÑOS DE LA CAIDA DEL CASTILLO DE MONZÓN

Se hizo todo como le gusta al alcalde de Monzón y a su cohorte de aduladores, sin respeto alguno a la realidad de la historia, es decir, sin nombrar para nada el triste final de los Caballeros que defendieron el Castillo de Monzón, del que se cumple hoy 700 años de su entrega, y que fueron a parar cientos de años después a una zanja utilizada como vertedero para rellenarla entre basuras y demás vertidos, por la ambición caprichosa y especuladora de unos cuantos profanadores de tumbas.

Se ha preferido la función teatral, el trabajo de unos cómicos, frente a la ocasión de rechazar unos lamentables actos que dieron con la profanación de los restos de esos Caballeros que intentaron representar esos actores y figurantes, centrando el evento en el rey niño Jaime I y en el homenaje a Guillen de Mont-Rodón cuando el verdadero homenaje estaba en los 700 años pasados de la caida del castillo defendido por los Caballeros templarios que pagaron con su vida tanta labor y trabajo en la comunidad aragonesa a la que llevaron progreso y bienestar, creando entre otros el pueblo donde después vieron sus restos sacrílegamente profanados, Belver de Cinca o por de los Horrores más conocido.

Se intentó decir una misa por el alma de esos Caballeros, pero el Sr. Alcalde no sería el protagonista de esos actos, con lo que en un acto de democracia activa, llegó a negarse a hablar más del tema, insistiendo en lo lúdico y festivo de una triste fecha de la historia española y que después se convertiría en un borrón de la aragonesa con los descritos actos de Belver de los Horrores.

Desde aquí queremos hacer justicia a esos defensores Templarios de los castillos de Monzón y Chalamera que tan mal pago han recibido por esas tierras aragonesas que tan poco respeto han demostrado por su historia y en cambio si han hecho gala de su poca vergüenza a la hora de intentar ocultar lo que en su día fueron claramente delitos realizados por vecinos prominentes de Belver de Cinca, empezando por el párroco de la Iglesia y terminando por los jueces que colaboraron ocultando y esquivando la acción de la Justicia para con esos indeseables personajes. Todos sabemos sus nombre sy apellidos que hemos repetido cientos de veces en este blog y que se encuentran también para el recuerdo permanente en el blog de D. Miguel Fox, http://belverdeloshorrores.blogspot.com/

Por lo demás, bien, los turistas que se acercaron al cómico y teatral evento creado en especial para ellos, para atraer el turismo a lo que se pareció más a una feria berbenesca que a un homenaje serio y formal, pudieron divertirse con el buen trabajo de los actores que fueron contratados para eso precisamente, para divertir al público asistente.

Lástima de oportunidad perdida para defender la verdad y la historia, pero ya sabemos que perro no come carne de perro, y al fin y al cabo el alcalde de Monzón no deja de ser un político, y no es normal por estos lares que un político se moje en algo aunque sea lo justo. Mejor callar y continuar tapando. Felicidades Sr. Alcalde.

Vean ahora la noticia del "independiente", con perdón, Diario del Alto Aragón, (¿porque cada vez que citamos a ese diario nos viene a la cabeza la antigua marca discográfica "La Voz de su Amo")

Monzón vuelve a recrear la llegada de Jaime I a su castillo templario

Jaime I niño y Guillem de Mont-Rodón, ante el Ayuntamiento de Monzón. F.J.P.

MONZÓN.- El IX Homenaje a Guillem de Mont-Rodón se celebró ayer tarde en Monzón con notable presencia de público y un buen número de "figurantes" que arroparon el ceremonial organizado para rememorar la llegada de Jaime I a la ciudad a la edad de seis años y su estancia en el castillo bajo la custodia de la Orden del Temple y, en concreto, la del maestre Mont-Rodón, su tutor.

En 1213, el rey Pedro II, padre de Jaime, murió en la batalla de Muret. El niño quedó retenido en Francia hasta que el Papa, en respuesta a las demandas de la nobleza aragonesa, ordenó su entrega a los templarios. El homenaje basado en hechos históricos se enmarca en el programa de actos que promueve el Ayuntamiento para potenciar la promoción turística de la fortaleza. En este sentido, viene a cuento recordar que el castillo ribereño forma parte de la "Ruta del Temple", itinerario que lo enlaza con los de Lérida, Miravet, Tortosa y Peñíscola, todos habitados en los siglos XII y XIII por los monjes guerreros.

Bajo un cielo encapotado y amenazante, a las siete y media de la tarde se reunieron en la plaza Mayor el grupo de actores aficionados "Trotamundos del Cinca Medio", la Coral Montisonense, una banda de bombos y tambores de las cofradías locales, Los Templarios de Monzón, el gigante "Guillem" de la Peña "El Carrasquizo", las asociaciones "Legendaria Simulación" (Fonz) y "Héroes del Destino", el grupo de baile aragonés "L´Orache", la asociación "Passarelles Muretaines" de Muret y representantes de asociaciones de vecinos. Todos con vestimentas acordes al acto.

El niño-rey fue recibido en la plaza y hubo música y baile en su honor. La representación contó con el favor del público, numeroso a pesar de la amenaza de lluvia. A continuación, el cortejo y las autoridades presentes iniciaron el desfile con meta en el castillo.

Sobre las nueve, la Sala de los Caballeros acogió el protocolo de homenaje. Antonio Martínez, corresponsal deportivo de DIARIO DEL ALTOARAGÓN en el Cinca Medio, ofició de maestro de ceremonias, y pronunciaron discursos "el Comendador", el caballero Dalmau de Timón (representante de "Trotamundos"), y el alcalde, Fernando Heras, encargado también de depositar una corona de laurel junto a una pequeña estatua de Mont-Rodón. Luego, en la plaza de armas, los miembros de "Legendaria Simulación" y "Héroes del Destino" hicieron una exhibición de lucha de espadas, y a las diez puso broche al guión el lanzamiento de fuegos de artificio desde la Torre del Homenaje.

Por cierto: hoy se cumple el 700 aniversario de la rendición de la fortaleza templaria ante el asedio de las tropas del rey Jaime II (la última de Aragón). Los monjes guerreros, acosados en toda Europa por el rey de Francia, que envidiaba sus posesiones y contaba con la permisividad de Roma, "murieron" en los albores del siglo XIII.