Francisco busca la información más completa antes de tomar una decisión sobre el futuro del polémico IOR
Francisco, autoproclamado como el Papa de los pobres, quiere limpiar cuanto antes la imagen del siempre polémico Banco Vaticano -el Instituto para las Obras de Religión (IOR)- y, empeñado en esa labor, habría pedido todo tipo de documentos a su dirección, incluida la información sobre las personas que tienen cuentas corrientes abiertas en la entidad.
El Pontífice quiere las cuentas claras en el IOR y por ello, habría solicitado los nombres de las personas que se encuentran detrás de los depósitos cifrados «antes de tomar cualquier decisión sobre la institución (reforma o cese)». Eso es al menos lo que publicaba ayer el periódico 'La Stampa'. Todos saben que en la esperada reforma de la Curia, el Banco Vaticano es uno de los objetivos ineludibles, pues así lo han reconocido tanto el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, uno de los ocho cardenales que aconsejarán al Papa, como el cardenal Francesco Coccopalmerio, autor del primer borrador de la reforma.
Todos piensan, sin embargo, que Francisco difícilmente cerrará el instituto, que sirve, por ejemplo, para financiar a las Iglesias de los países más pobres. La decisión sobre el IOR llegaría dos meses después de que el Vaticano eligiera al alemán Ernst von Freyberg nuevo presidente del banco, como resultado de una larga evaluación y de una serie de entrevistas llevadas a cabo por la Comisión cardenalicia con el apoyo constante del Consejo Supervisor y que fue seguida de cerca por Benedicto XVI.
También se especuló ayer en Roma con el inminente regreso del Papa Emérito Benedicto XVI al Vaticano. Todo apunta a que Ratzinger abandonará Castelgandolfo el próximo miércoles -1 de mayo-, justos dos meses después de su marcha. Al parecer, las obras en el antiguo monasterio de clausura en el que residirá ya han terminado y todo está preparado para su vuelta.
@Menos de la fotografía, EL CORREO, (ROMA)