El hallazgo permitirá rescatar para usos turísticos esta fortaleza, poco conocida en el resto de la provincia.
LEONOR FRANCO. Teruel
Las excavaciones llevadas a cabo en la zona del castillo templario de Albentosa, el único construido por estos monjes guerreros en la comarca de Gúdar-Javalambre en el siglo XII, han descubierto los restos de la torre del homenaje, una potente estructura de planta cuadrada de la que se aprecian varios metros de muros y de cuya existencia no se tenía constancia.
El bastión se asienta, además, sobre una línea de muralla más antigua, que, según el arqueólogo y director de las excavaciones, Javier Ibáñez, podría corresponder a la fortificación musulmana que se levantó con anterioridad al recinto templario. Han salido a la luz, asimismo, algunas partes de la rampa de acceso al castillo.
Ibáñez considera que estos hallazgos refuerzan el valor histórico-artístico de este recinto fortificado, poco conocido en el resto de la provincia, y ponen de manifiesto la necesidad de "intervenir en un futuro no muy lejano en la consolidación de distintas zonas que presentan problemas estructurales". Se trataría de actuar en algunos de los muros perimetrales de los sectores noroeste y sureste de la fortificación, los más dañados en la actualidad.
El arqueólogo es partidario de completar las excavaciones con nuevas intervenciones que, además de proporcionar una mayor información del recinto, permitirían realizar actuaciones de refuerzo para evitar desprendimientos.
El castillo de Albentosa, debido a su interesante situación estratégica, en la línea fronteriza con Valencia, y a causa también de su ubicación, en lo alto de una colina desde la cual se tiene amplias vistas de todo el territorio del entorno, ha sido, según Javier Ibáñez, a lo largo de la historia, un relevante enclave muy disputado. "Siempre ha sido un importante nudo de comunicaciones, y hasta el siglo pasado Albentosa era un lugar de paso obligado para todo aquel que quisiera ir a Valencia", explicaba el arqueólogo.
Las excavaciones, financiadas por el Plan de Dinamización Turística de la comarca de Gúdar-Javalambre, comenzaron hace veinte días y se enmarcan dentro de un proyecto de rehabilitación de todo el entorno del castillo, destinado a mostrar un conjunto de sendas y miradores que permitirán revalorizar este monumento y configurarlo, según el alcalde de Albentosa, José Corella, "como el principal punto de interés del pueblo".
Cementerio y antenas
El escaso valor que hasta hace un par de décadas se ha concedido al castillo templario de Albentosa se pone de manifiesto en el uso que tiene desde mediados del siglo XIX. En el año 1855 se empieza a utilizar como cementerio, en un recinto peculiar, guarnecido por un perímetro de muralla, un torreón circular muy bien conservado, los restos de otros dos y los cimientos de un cuarto. Incluso, su acceso se ha adaptado con el paso del tiempo a sus usos religiosos, ya que está salpicado de las estaciones de un Vía Crucis.
No obstante, la actuación más desacertada corresponde a las instalaciones de las antenas de telefonía móvil y de Retevisión que coronan la colina donde se asienta el castillo. La valla de este recinto, con una caseta y dos altas antenas, está adosada a la muralla
El alcalde cree que hoy por hoy es impensable modificar la ubicación del cementerio. La mayor parte de la población de Albentosa ni se cuestiona esta posibilidad debido a los casi dos siglos de tradición del castillo como el lugar de los enterramientos. Respecto a las antenas, considera que es una cuestión de tiempo. "El espacio donde se asientan no permite más ampliaciones, ya que está contiguo al castillo, por lo que si algún día se plantean nuevos servicios habrá que pensar en otro lugar", explicaba el primer edil de Albentosa.
Para Javier Ibáñez, a raíz de las excavaciones arqueológicas "la gente se ha dado cuenta de que en esta colina no solo hay un cementerio y la antenas de telefonía móvil, sino un castillo de gran entidad".
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Enviado por Fratertempli Aragón