"Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir." "Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año..."
699 años más tarde, mientras del rey francés no queda nada más que el recuerdo de su criminal ambición y del Papa Clemente tan solo su simoniaca actitud y la gran cobardía que le acompañó desde que aceptó dejar de llamarse Bertrand de Got hasta que la "Justicia Divina" se encargó de liberar a este mundo de tan lamentable representante de Cristo, la semilla del valiente gesto del 23º Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, que aún sabiendo que su retractación le valdría la pena de muerte como relapso no dudó en limpiar su humana debilidad anterior ante las heridas y quebrantos producidos por la cruel tortura llevada a cabo por los hombres del rey y los miserables dominicos, perfectos maestros en el arte de romper al hombre más curtido mediante sus tenebrosos y malditos artefactos, con su valentía a la hora de retractarse de todas las confesiones que había realizado forzado por la maquinaria torturadora del monarca francés que en el infierno viva eternamente ayudado por la cobardía de ese Papa que le debería acompañar en las tinieblas y dominios de Lucifer por la eternidad, se extiende cada vez más por los siglos de los siglos, fructificando en el alma de aquellos hombres y mujeres que hoy conforman la Orden del Temple y que con el mismo y gran pesar de entonces, lloramos hoy la muerte, el asesinato, de nuestro Gran Maestre en la desaparecida Isla de los Judios en el río Sena.
Lejos de las intenciones del repugnante y cobarde Papa de hacer desaparecer la Orden por vía apostólica para evitar un juicio en elq ue hubieran podido defenderse, hoy los Templarios nos encontramos repartidos por todo el mundo. Si bien es verdad que entre nosotros se encuentran algunos que mantienen vivo la traidora actitud de Esquiu de Floiran para con la Orden, la gran mayoría son personas que recogiendo ese relevo de nuestro Gran Maestre, injustamente quemado en la hoguera, no han dudado en enfrentarse a esa disposición del indigno Clemente V y vestir el Blanco Manto y de utilizar el nombre de la Orden que por tanto bien y tanta defensa del cristianismo luchó hasta cuando le confinaron a la más penosa cladestinidad una vez intentada la desarticulación por el simoniaco Papa de Avignon.
Quiera Dios que este nuevo y actual Papa, Francisco, que tanto nos ha ilusionado y que ha elegido para entronizarse el mismo día que quemaron a Fr. +++Jacques de Molay sea el que por fin reabra el caso de la Orden del Temple, y suprimiendo esa vía apostólica tan vergonzosa para una Iglesia ya entonces corrupta y sumisa ante el poder real abra por fin el tan esperado juicio en el se demostrará que solo la simonía, la envidia, la corrupción eclesial fueron las que, plegándose a las exigencias de un monarca indigno y deshonroso, condenaron a nuestros +Hermanos Mayores y a la Orden a pasar estos 699 años exigiendo esa justicia que aún no hemos recibido.
Jacques de Molay y cada uno de los +Hermanos que murieron asesinados por las manos impuras de Felipe IV de Francia y su lacayo Clemente V Papa son mártires de la cristiandad, y como tal deben ser reconocidos. Nada mejor que aprovechar que el próximo año se cumplen 700 del horrible crimen para que ese aire fresco que parece ha traido al seno de la Iglesia el Papa Francisco llegue también a un tema en el que lo más rancio y podrido de la misma se ha alargado injustamente en el tiempo salvo para sacar un pellizco de casi más de cinco millones de euros de la tarta del Temple con la venta del proceso contra Templarios.
Rogando una oración por el alma de nuestros mártires con Jacques de Molay a la cabeza, NNDNN, FTAT, +Anselmo de Crespi
Quiera Dios que este nuevo y actual Papa, Francisco, que tanto nos ha ilusionado y que ha elegido para entronizarse el mismo día que quemaron a Fr. +++Jacques de Molay sea el que por fin reabra el caso de la Orden del Temple, y suprimiendo esa vía apostólica tan vergonzosa para una Iglesia ya entonces corrupta y sumisa ante el poder real abra por fin el tan esperado juicio en el se demostrará que solo la simonía, la envidia, la corrupción eclesial fueron las que, plegándose a las exigencias de un monarca indigno y deshonroso, condenaron a nuestros +Hermanos Mayores y a la Orden a pasar estos 699 años exigiendo esa justicia que aún no hemos recibido.
Jacques de Molay y cada uno de los +Hermanos que murieron asesinados por las manos impuras de Felipe IV de Francia y su lacayo Clemente V Papa son mártires de la cristiandad, y como tal deben ser reconocidos. Nada mejor que aprovechar que el próximo año se cumplen 700 del horrible crimen para que ese aire fresco que parece ha traido al seno de la Iglesia el Papa Francisco llegue también a un tema en el que lo más rancio y podrido de la misma se ha alargado injustamente en el tiempo salvo para sacar un pellizco de casi más de cinco millones de euros de la tarta del Temple con la venta del proceso contra Templarios.
Rogando una oración por el alma de nuestros mártires con Jacques de Molay a la cabeza, NNDNN, FTAT, +Anselmo de Crespi