Jesucristo, Nuestro Señor, pidió que cuando nos golpearan en nuestra mejilla pusieramos la otra, y asi lo han venido haciendo miles de católicos en paises donde la barbarie y la sinrazón extremista de numerosos grupos islamitas los tienen atemorizados y obligados a abandonar su tierra si no quieren terminar como ha terminado el Obispo de Mosul, es decir, sepultado en una cuneta asesinado a balazos por esos fanáticos a los que en Occidente se les reconocen cada vez más derechos con el riesgo añadido de ser tachados como racistas e intolerantes en caso contrario.
¿Que pasaría si en España, pais al que llegan por millares inmigrantes musulmanes de manera ilegal mediante cayucos y pateras, nada más pisar tierra los obligaramos a regresar por los mismos medios en los que han venido a sus paises de origen? ¿Que pasaría si una vez aquí les prohibieramos tener sus mezquitas para orar a Alá, o si estando orando en ellas les tiroteáramos al estilo al que acostumbran a tirotear iglesias católicas en sus paises? ¿Que pasaría si les atemorizáramos hasta el punto de obligarlos a regresar a sus paises de donde escapan para intentar tener una vida mejor?
Se tiene que acabar de una vez por todas la persecución a los católicos en esos paises de mayoría musulmana. Los católicos no podemos permitir que más hermanos en XTO. mueran por el fanatismo cruel y dirigido de esos criminales que se amparan en su religión para asesinar, torturar, secuestrar y abusar de miles de católicos que sufren la fanática persecución impulsada por sus mufies y santones desde muchas de las mezquitas sufragadas por ricos paises musulmanes que cuentan con gobiernos amigos occidentales por el poder del petróleo.
Más pronto o más tarde nos cansaremos de ver a nuestros hermanos poner la otra mejilla, y entonces se nos llamará fanáticos a nosotros. Entonces, esos defensores de los derechos humanos de unos cuantos, que no de todos, nos acusaran de intolerantes, de racistas, pero dará ya igual, porque juramos una vez defender a la Santa Madre Iglesia, y ésta está siendo atacada de manera salvaje y cruel por aquellos que no dudan en mandar después a sus propios hijos a Occidente y a los que consideramos como iguales, concediéndoles los mismos derechos que a nuestros hermanos les niegan en sus paises de origen.
Tengan cuidado esos musulmanes que matan y aterrorizan a los católicos. Tengan cuidado con sus arengas desde las mezquitas, muchas de ellas clandestinas, que tienen en nuestro pais y que luego concluyen con atentados como los de los trenes en Madrid. Se aprovechan hasta ahora de vivir en un estado de derecho, donde todo se arregla a través de los jueces, pero la paciencia tiene un límite. Muchos de nosotros salimos a la calle a protestar contra esa guerra que consideramos injusta y que ha costado hasta ahora miles de vidas en Irak. Muchos de nosotros tenemos y hemos rezado codo con codo con amigos musulmanes, (lógicamente ellos sus oraciones y nosotros las nuestras), pero repito, todo tiene un límite, y esa máxima que ustedes llevan hasta al final de ojo por ojo, diente por diente, es muy fácil de llevarla a cabo por cualquiera, sobre todo cuando se está siendo victima de una muy cruel injusticia, como está ocurriendo en los paises islámicos con población católica.
Les ruego que no hagan que perdamos la paciencia, que tengamos que actuar de igual manera que ustedes actuan con nuestros hermanos, que no consigan que lo que antes rechazábamos ahora lo aplaudamos. No hagan que de verdad se lleve a cabo una verdadera cruzada contra ustedes.
No nos vale el que después de haber sido asesinado un Obispo Católico, muslmanes moderados oren y recen por su alma. Se lo agradecemos pero por su alma ya rezamos nosotros, ustedes hagan y apliquen JUSTICIA . Ustedes agarren a los culpables y castíguenlos. Detengan a esos dirigentes que desde su posición dominante en las mezquitas alientan y animan a la persecución de los católicos, prometen el paraiso a los que se autoinmolan en atentados contra nosotros y no dudan en condenar a muerte a miles de inocentes. Hagan lo que cualquier pais minimamente racional haría con los asesinos y sus protectores. De lo contrario llegará el día que tengamos que hacerlo nosotros, que no tengamos más remedio que volver a salir a la calle, pero esta vez a pedir a nuestros diferentes gobiernos que tomen las medidas oportunas para detenerles y cerrar sus mezquitas en nuestros paises, incluso de mandar tropas a proteger a nuestros hermanos oprimidos y atemorizados.
Piensen que a nada conducen esas matanzas de católicos. Que por cada gota católica de sangre derramada, brotan en todo el mundo miles de personas indignadas por sus crímenes, y que aunque luego nos llamen racistas o intolerantes, la paciencia se va agotando. Ninguno somos Jesucristo para tener la perfección que conlleva el poner la otra mejilla, y ustedes se están metiendo con Su Casa, con sus hijos, con nuestros hermanos. Por favor, antes de que sea tarde, pongan fin a esos asesinos, pongan fin a su fanatismo, y respeten, por lo menos, como se les respeta a ustedes cuando vienen a nuestro pais, a nuestra casa. Por bien de todos, respeten y pongan fin a las matanzas deteniendo a esos clérigos suyos que provocan estas situaciones criminales en nombre de Alá. Háganlo antes de que ya sea tarde. Por su bien, por el nuestro, por el de todos.
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