El Crucifijo es extraordinario por la forma insólita que adopta la cruz, forma de ¡Pata de Oca!
Los brazos laterales de la cruz toman la forma de una Y, formando entre sí un ángulo agudo, mientras que el palo central se prolonga hasta la altura de dicho brazos. Por otra parte, los maderos semejan un árbol sin labrar al que simplemente se ha despojado de sus ramas secundarias, apreciándose los nudos y rugosidades de su corteza así como los tocones de las ramas cortadas. La corona está constituida por dos gruesas sogas trenzadas de grandes espinas. Los pies, desproporcionadamente grandes, evocando camino polvorientos, sendas abruptas. Y el rostro sin sufrimiento, perdido en otra dimensión, interiorizando y trascendido.
El origen de la imagen es incierto, circulando dos versiones diferentes para que una leyenda de fondo común.
Por la primera se nos cuenta que un peregrino germano, agradecido por las atenciones recibidas en el hospital, donó esta imagen y la envió a su regreso desde su tierra natal. Por la segunda, nos dicen que un grupo de peregrinos germanos que portaban este cristo crucificado, al regresar de Compostela, dejaron aquí la imagen en agradecimiento a la hospitalidad recibida.
En ambos casos hay tres elementos comunes: el origen germano, los donantes peregrinos y el agradecimiento como motivo del exvoto.
Los expertos aseguran que se trata de una imagen propia de la región renana, si bien cristo templario deba emparentarse mejor con obras posteriores del ciclo renano, concretamente de finales del siglo XIII.
El análisis del simbolismo contenido en el Cristo templario, sobre la Pata de Oca, existente en Murugarren. En este singular crucifijo, lo que debería ser una cruz ha sido sustituido por una Pata de Oca, uno de los principales símbolos de los Compañeros Constructores, imagen de la mano divina que guía toda construcción levantada según las reglas de la Tradición enseñada por los Maestros Antiguos que vinieron del mar. En esencia es así, pero es que se trata de algo más, porque dicho signo equivale signo rúnico de la vida, utilizado por los germanos y celtas nórdicos de la europa antigua. Y esto tiene un simbolismo preciso.
Si el Cristo crucificado es una cruz normal, es el iniciado que está en camino de alcanzar su total elevación; si el Cristo crucificado en una cruz Tau, T, es el iniciado que alcanzado la plenitud de su evolución; el Cristo sobre una Pata de Oca o lo que es igual, el signo de la vida, no es otra cosa que el hombre iniciado que ha trascendido a su propia elevación, habiendo alcanzado así el Reino de la Vida, de la Realidad, muriendo al Reino de la Ilusión en que los mortales estamos inmerso mientras peregrinamos buscando una luz.
Aquel Cristo que dijo "Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida...", se encuentra suspendido del símbolo de la Vida, en un lugar donde dos caminos peregrinos hacen un solo Camino, con sus grandes pies cruzados en aspa...
La Pata de la Oca, empleada por el caminante Sabio para andar su ruta se ha convertido aquí, al mismo tiempo en Árbol de la Vida, sus tres brazos están llenos de brotes y tallados como jóvenes ramas de las que pende el iniciado que, alcanzado el fruto del Árbol de la Vida, ahora se ha convertido a su vez en Fruto Viviente e imperecedero.
Los brazos laterales de la cruz toman la forma de una Y, formando entre sí un ángulo agudo, mientras que el palo central se prolonga hasta la altura de dicho brazos. Por otra parte, los maderos semejan un árbol sin labrar al que simplemente se ha despojado de sus ramas secundarias, apreciándose los nudos y rugosidades de su corteza así como los tocones de las ramas cortadas. La corona está constituida por dos gruesas sogas trenzadas de grandes espinas. Los pies, desproporcionadamente grandes, evocando camino polvorientos, sendas abruptas. Y el rostro sin sufrimiento, perdido en otra dimensión, interiorizando y trascendido.
El origen de la imagen es incierto, circulando dos versiones diferentes para que una leyenda de fondo común.
Por la primera se nos cuenta que un peregrino germano, agradecido por las atenciones recibidas en el hospital, donó esta imagen y la envió a su regreso desde su tierra natal. Por la segunda, nos dicen que un grupo de peregrinos germanos que portaban este cristo crucificado, al regresar de Compostela, dejaron aquí la imagen en agradecimiento a la hospitalidad recibida.
En ambos casos hay tres elementos comunes: el origen germano, los donantes peregrinos y el agradecimiento como motivo del exvoto.
Los expertos aseguran que se trata de una imagen propia de la región renana, si bien cristo templario deba emparentarse mejor con obras posteriores del ciclo renano, concretamente de finales del siglo XIII.
El análisis del simbolismo contenido en el Cristo templario, sobre la Pata de Oca, existente en Murugarren. En este singular crucifijo, lo que debería ser una cruz ha sido sustituido por una Pata de Oca, uno de los principales símbolos de los Compañeros Constructores, imagen de la mano divina que guía toda construcción levantada según las reglas de la Tradición enseñada por los Maestros Antiguos que vinieron del mar. En esencia es así, pero es que se trata de algo más, porque dicho signo equivale signo rúnico de la vida, utilizado por los germanos y celtas nórdicos de la europa antigua. Y esto tiene un simbolismo preciso.
Si el Cristo crucificado es una cruz normal, es el iniciado que está en camino de alcanzar su total elevación; si el Cristo crucificado en una cruz Tau, T, es el iniciado que alcanzado la plenitud de su evolución; el Cristo sobre una Pata de Oca o lo que es igual, el signo de la vida, no es otra cosa que el hombre iniciado que ha trascendido a su propia elevación, habiendo alcanzado así el Reino de la Vida, de la Realidad, muriendo al Reino de la Ilusión en que los mortales estamos inmerso mientras peregrinamos buscando una luz.
Aquel Cristo que dijo "Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida...", se encuentra suspendido del símbolo de la Vida, en un lugar donde dos caminos peregrinos hacen un solo Camino, con sus grandes pies cruzados en aspa...
La Pata de la Oca, empleada por el caminante Sabio para andar su ruta se ha convertido aquí, al mismo tiempo en Árbol de la Vida, sus tres brazos están llenos de brotes y tallados como jóvenes ramas de las que pende el iniciado que, alcanzado el fruto del Árbol de la Vida, ahora se ha convertido a su vez en Fruto Viviente e imperecedero.