Eso pasa cuando se permite jugar a soldaditos a ciertas personas que no saben del Temple más disfrazarse de neotemplarios con uniformes paramilitares: al final siempre hay algún malnacido que con tanto rollo militar y tanta parafernalia fascista termina dando el paso hacia el radicalismo y acaba a tiros, siendo un terrorista más sin diferencia alguna con los de Al Quaeda.
Hubo una época en la que todos nos dejamos llevar por la modita del uniforme. Afortunadamente muchos, la mayoría, comprendimos que eso no llevaba a nada bueno, que confundía a muchas personas y que solo era un invento que además iba contra la actual ley española que prohíbe los uniformes paramilitares. y los abandonamos hace tiempo. Ahora ya solo quedan unos pocos que lo utilizan, y (salvo grupitos por ahí dispersos que han llevado el tema del uniforme y las medallitas hasta las últimas consecuencias, pareciendo fascistas y nazis en uniforme de faena, paramilitares, de color negro y grandes cruces, en vez de Templarios), solo los utilizan en cenas y cosas por el estilo, ¿de mal gusto?, por supuesto, pero así ocurre, aunque afortunadamente son los menos.
Ahora este "hijo de puta" pide su uniforme templario. Los Templarios no tienen más uniforme que su camisola y su Manto, y este criminal nunca ha sido Templario, tan solo un fanático de extrema derecha enamorado de sus uniformes militares, sus medallas y sus gaitas, como tantos otros que por ahí pululan.
Que lo mantengan en prisión toda su vida y que el único uniforme que le dejen llevar sea el de presidiario, y que la única distinción en él sea su número de preso.
FTAT, NND, +Anselmo de Crespi
“Breivik quiere recuperar unas cuantas cosas de más de cinco mil que le fueron confiscadas. Sobre todo, el uniforme y otros objetos que llevan símbolos de la Orden de los Caballeros Templarios”, dijo a los periodistas el portavoz de la policía de Oslo, Roger Lund.
La policía está estudiando la solicitud de Breivik, pero lo más probable es que la respuesta sea negativa, explicó.
Breivik cometió el 22 de julio de 2011 una explosión en un sector gubernamental de Oslo, con un saldo de ocho víctimas mortales, y un ataque al campamento juvenil de la isla de Utoya, en el que murieron 69 personas.
Durante el proceso, dijo ser miembro de la Orden de los Caballeros Templarios. Insistió en que su acción estuvo llamada a atraer la atención del Gobierno y de la sociedad hacia el problema de islamización de Europa, la abundancia de inmigrados en el país y la degradación de la nación noruega.
@Salvo la opinión inicial firmada por +Anselmo de Crespi, RIA Novosti