Benedicto XVI llegó en papa-móvil al City Center Waterfront de Beirut, un lugar de gran fuerza evocativa, muy cerca del mar, construido con los escombros que dejó la guerra civil.
Entre grandes medidas de seguridad, le recibió el alcalde de Beirut, quien le entregó las llaves de oro de la ciudad. A la Misa asistieron 300 mil personas de todo Oriente Medio y unos 300 obispos de la zona. El Papa pidió a todos y cada uno un compromiso personal para construir la paz.
Benedicto XVI
“Es urgente ponerse al servicio de la justicia y la paz, en un mundo en el que la violencia no cesa de extender su rastro de muerte y destrucción, para comprometerse en aras de una sociedad fraterna, y para fomentar la comunión”.
El Papa pidió que se respete la dignidad de cada persona en todo Oriente Medio, e invitó a los cristianos a colaborar con personas de todas las religiones para construir la paz.
Benedicto XVI
“Es un testimonio esencial que los cristianos deben dar aquí, en colaboración con todas las personas de buena voluntad. Os hago un llamamiento a todos a trabajar por la paz. Cada uno como pueda y allí dónde se encuentre”.
Durante la Misa se escucharon oraciones en francés, árabe y latín. Cuando concluyó la ceremonia, el Papa entregó su reciente exhortación apostólica sobre la “Iglesia en Oriente Medio” a los patriarcas católicos de Oriente Medio, a obispos de Turquía e Irán y a varios laicos.
Una entrega simbólica, para llegar a los cristianos que viven en la zona más conflictiva del mundo.