La Casa Templera de Lleida ha sido uno de los monumentos históricos menos reconocidos en la ciudad. Su historia se remonta a la primavera de 1.149, cuando el conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV, iniciaba el asedio de la ciudad musulmana de Lleida desde la colina de Gardeny. El conde contó con la colaboración de la milicia templaria. Una vez conquistada la ciudad, el conde agradeció a los templarios su participación con la colina de Gardeny como recompensa. Tras 800 años, la Casa Templera de Lleida recupera su historia y su posición en la ciudad.
Gardeny, el legado de la época templaria en la ciudad de Lleida, recuperará los frescos de la iglesia de Santa Maria de Gardeny que datan de mediados del siglo XII, y que son uno de los pocos testimonios en Europa de la pintura mural en los conjuntos templarios. Éste es uno de los principales objetivos de la segunda fase de recuperación del conjunto histórico y monumental, la cual también incluye la reforma del techo de la iglesia y los trabajos de arqueología en el recinto religioso.
Gardeny, el legado de la época templaria en la ciudad de Lleida, recuperará los frescos de la iglesia de Santa Maria de Gardeny que datan de mediados del siglo XII, y que son uno de los pocos testimonios en Europa de la pintura mural en los conjuntos templarios. Éste es uno de los principales objetivos de la segunda fase de recuperación del conjunto histórico y monumental, la cual también incluye la reforma del techo de la iglesia y los trabajos de arqueología en el recinto religioso.
El Castell de Gardeny es objeto de un gran proceso de renovación iniciado en el 2005, cuando el Ayuntamiento de Lleida se propuso recuperar uno de los espacios históricos de la ciudad.
El Gardeny del siglo XII fue el representante del brazo militar de la ciudad y, junto a la Seu Vella, que fue la sede del poder eclesiástico y el Castell de la Suda, donde residía el brazo real, configuraron los tres centros de poder de la ciudad durante la edad media. No obstante, y como declara la concejala de Turisme del Ayuntamiento de Lleida, Montse Mínguez, “Gardeny ha sido uno de los grandes desconocidos de la ciudad”. Es por ese motivo que desde el consistorio leridano quisieron recuperar Gardeny con su esplendor de la época templaria.
El primer paso, iniciado en el 2005, fue crear el Centre d’Interpretació de l’Ordre del Temple, con el que se favorecería el descubrimiento de su significación para la ciudad, para quien había permanecido desapercibido “debido a que estaba dentro del conjunto militar de Gardeny”, explica la concejala. No obstante su prolongado letargo, cuando todavía no se ha cumplido un año de la puesta en marcha del Centre d’Interpretació de Gardeny, ya han visitado sus dependencias 10.335 personas, hecho que lleva a pensar a la concejala de Turisme que éste será el año de consolidación del centro en cuanto a número de visitantes.
La primera fase de recuperación de la Casa Templaria de Lleida consistió en acondicionar el terreno exterior para permitir la accesibilidad y recuperar el espacio interior para convertirlo en un punto turístico y para facilitar su interpretación histórica. La parte interior, según explica Mínguez, estaba muy deteriorada debido a que durante la Guerra Civil española fue tomada por los militares, quienes utilizaron el castillo como morada o como polvorín. Todavía hoy pueden verse las subdivisiones arquitectónicas de la casa, como andamios o falsas paredes realizadas durante los años treinta del siglo XX. No obstante, el Centre d’Interpretació reproduce mediante recursos audiovisuales y con paneles explicativos, y de la forma más fidedigna posible, cómo fue la vida de los monjes y de la milicia templaria, que llegó a ser uno de los principales centros templarios de la Corona de Aragó.
Para recuperar la nobleza del lugar, se destinó 780.000 euros a la primera fase, cuyo coste fue asumido por el Ayuntamiento, el Gobierno español y Acesa. La segunda fase contempla la reforma del tejado de la iglesia de Santa Maria de Gardeny, el inicio de los trabajos de arqueología en el recinto religioso y la restauración de sus pinturas, así como mejoras en el Centre d’Interpretació y la celebración de conciertos y de una exposición temporal en motivo de los 800 años del aniversario de Jaume I el Conqueridor. La inversión aproximada para la segunda fase es de 200.000 euros.El calendario de renovación también establecía que, justo al lado de la iglesia de Santa Maria de Gardeny, se ubicaría una pequeña cafetería, la cual ni se ha empezado todavía. Mínguez explicó que los técnicos del consistorio tuvieron que realizar pruebas de micropilotaje para evaluar el terreno, el cual estaba compuesto de capas sedimentarias y poco estables. Una vez realizados estos trabajos y adecuado el tipo de construcción, la concejala prevé que la cafetería sea una realidad el próximo año.
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