El escritor Javier Sierra plantea la posibilidad de que los caballeros del Temple llegaran a América antes que el mismísimo Cristobal Colón.
El escritor Javier Sierra presenta su libro "El Maestro del Prado", en Ponferrada. (Foto: César Sánchez)
El escritor y colaborador del programa 'Cuarto Milenio' Javier Sierra pasó este jueves por Ponferrada para presentar su último libro 'El maestro del Prado' y participar en una conferencia en la que, bajo el título '¿Estuvieron los templarios en América?', plantea la posibilidad de que los caballeros de la Orden del Temple cruzasen el Atlántico y descubrieran ese nuevo continente antes de que lo hiciera Cristóbal Colón en 1492.
Sierra se adentró en el “en el lado mítico” y las “zonas de sombra” de esta enigmática orden religiosa, analizando las evidencias de que la flota templaria en el momento final de su trayectoria a principios del siglo XIV, “estuviera haciendo ya viajes secretos a tierras que ellos no sabían que era América”.
Entre los elementos que sustentarían esta hipótesis se encontrarían algunas pinturas localizadas en la zona de Massachusets (Estados Unidos) que representarían imágenes que se asemejan a caballeros medievales y unos ídolos hallados en Bolivia con un cruz en el pecho y aspecto de monjes. “Y la única orden que navegaba en el Atlántico y que tenia especial interés en navegar en este Océano era el Temple, dicen que para ir a Inglaterra o Escocia, pero a lo mejor iban más lejos”, afirmó.
En cuanto a su último libro, 'El maestro del Prado', Javier Sierra indicó que su objetivo es explicar a sus lectores el uso espiritual y trascendental del arte. “El arte fue concebido originariamente como una herramienta de uso trascendente y no fue precisamente el propósito decorativo el que movió al ser humano hace unos 40.000 años a pintar en las cuevas rupestres del norte de España y sur de Francia, sino un propósito espiritual, el arte es la primera forma de religión que inventa nuestra especie”, indicó.
En esta línea, llamó la atención de que en el Renacimiento todavía algunos artistas concibieran la pintura como “una puerta para asomarse a esos mundos invisibles” y puso como ejemplo el tríptico de El Bosco, 'El Jardín de las Delicias'. “En realidad es una puerta que sirvió de guía del alma de Felipe II cuando él muere en septiembre 1598 y pide que le lleven este tríptico de dos metros a los pies de la cama, pensando que aquí hay imágenes que conduciría a su espíritu desencarnado por el mas allá”, concluyó.