¿Y los otros, los que sienten vergüenza cuando sus hijos ven en televisión los juguetes que tanto desean y que nunca tendrán porque no se los pueden comprar?, ¿ los que cuando van por la calle tienen que engañar al niño diciendo que las hamburguesas del Macloquesea están malas y tienen colesterol, por que por el precio de un menú infantil pueden comprar dos o tres de pasta?. ¿Los que se limpian una lágrima furtivamente para que en su casa no los vean llorar ante la impotencia de dar a los suyos lo que se supone que deben dar porque así lo dicen en la "tele"? ¿Los que en vez de cordero tienen panga congelada en la cena de fin de año para que alcance para comprar las uvas? ¿Los que brindarán con una sidra del año pasado haciendo caso omiso de esas brillantes y bailarinas "burbujas" de Freixeleches? ¿Para ellos no hay fiestas? ¿Ellos no tienen derecho a unas fiestas de Amor y Paz como las de antes de que el consumismo y el sistema capitalista ordenara y dominara hasta nuestras celebraciones? ¿Para ellos no hay Navidades?,¿Para ellos no hay fin de año? ¿Para ellos no hay festividad de los reyes Magos? ¿Para ellos nunca hay fiestas?
¿Que hacemos nosotros? ¿Hacia donde miramos? ¿Como es que no escuchamos la voz de esa mayoría menos agraciada, de la que quizás formamos parte y no lo sabemos, embutidos en la marabunta de los multimedia con sus enormes y luminosos anuncios? ¿Como es que ignoramos que a la vuelta de la esquina hay una persona sobre un cartón pidiendo en esta noche fría, cartón sobre el que dormirá en el cajero del banco próximo a modo de portal de Belén del siglo XXI? ¿Como es que no nos acercamos a darles un vaso de café caliente, o mejor, como celebramos unas fiestas en honor del nacimiento del Maestro, de Jesús, y no lo abrazamos llevándole a cenar con nosotros lo que tengamos en la mesa?
¿En que "coño" nos hemos convertido que hablamos y hablamos de la crisis y somos incapaces de solucionar hasta la desgracia más cercana a nosotros, cuando solo hay que compartir lo que tengamos, mucho o poco, pero compartir? ¿Nos podemos llamar humanos cuando la humanidad brilla por su ausencia en nuestros actos? ¿No hay miles y miles de niños pasando necesidades? ¿No tenemos vecinos con problemas con los sinvergüenzas de los bancos, o con las eléctricas? ¿Hemos dejado a sus hijos venir a casa a ducharse al menos si sabemos que tienen el agua cortada? ¿Les hemos dicho que nos pasen la bolsa de ropa sucia para lavársela en nuestra lavadora?
No me vengan con Felices Fiestas si solo celebran esa Navidad que nos venden por las televisiones, la Navidad de los grandes escaparates. Felicítenme solo si las Fiestas que celebran son las de la solidaridad con el prójimo, esas Navidades de Amor, sin lugar más que para el trago amigo y compartido con aquel que nada tiene, esas Navidades de Paz sin cenas descomunales en las que el gasto no permite luego poder llegar a fin de mes. No me vengan con grandes musicales ni conciertos de fin de año, cuando una pandereta o una zambomba, en la compañía adecuada y de corazón llega mucho más al interior.
Acuérdense de cuando eran chicos, de cuando la palabra Navidad les removía con infinidad de sentimientos de hermandad, de unión, de compartir, y déjemonos de consumismo egoista e imbécil, dejemos de contribuir a que la desgracia de miles, de millones de personas, se acentúe con nuestro comportamiento, y seamos solidarios, seamos justos, seamos fieles a las palabras del Maestro, y celebremos unas fiestas de acuerdo a su mensaje, un mensaje de Amor, un mensaje de Paz, un mensaje de entrega.
Que el nuevo año nos traiga nuevos y mejores aires, nuevos y mejores sentimientos, nuevos y mejores días, nuevos y mejores sentimientos.
NND, FTAT, +Anselmo de Crespi