Desde la antigüedad, la Oca ha sido considerada como el paradigma de la Sabiduría, es un ave que sabe andar por la tierra, sabe nadar por el agua y sabe volar por el aire. Animal sagrado, mensajero de los Dioses, que sirve de guía al hombre en su Camino de Vida. Para los antiguos egipcios, la Oca era el animal que simbolizaba el nacimiento y la muerte; Para los druidas, la Oca es un símbolo metafórico del camino de la perfección que todo ser humano debía recorrer para lograr elevar su espíritu y alcanzar el paraíso. Para los griegos, la Oca era la manifestación de la fuerza espiritual que le daban los dioses a los seres humanos para enfrentarse a las adversidades de la vida.
Si recordamos el Juego de la Oca, consta de un tablero cuadrado con una espiral compuesta por las 63 casillas numeradas (6+3 =9) simboliza el final de un ciclo; más la última, considerada como “La puerta del Jardín de la Oca”, que correspondería a la casilla número 64 (6+4= 10= 1), simboliza la Unidad. Hay 24 casillas con figuras y reglas fijas
Según el escritor vasco, Bernardo Atxaga, el Juego de la Oca representa una determinada concepción de la vida; que es una descripción de los trabajos y los días que nos toca pasar en este mundo, una descripción y una metáfora. El tablero como las reglas muestran que la vida es, fundamentalmente, un viaje lleno de dificultades donde, a partes iguales, intervienen el Azar y nuestra Voluntad; un viaje en el que, no obstante esas dificultades, y siempre que los dados –los hados – nos sean un poco favorables, es posible avanzar y llegar con bien hasta ese estanque final donde nos espera la Gran Oca Madre.
La espiral es uno de los símbolos más antiguos. Representa los ritmos de la vida, el ciclo nacimiento-muerte-renacimiento. El Viaje Iniciático. El movimiento de la Vida y del Conocimiento.
Se ha atribuido el origen de este Juego a los Templarios y a los Maestros Constructores, considerándose el tablero como un mapa cifrado del Camino de Santiago; un jeroglífico, cuyos símbolos encriptados solo eran conocidos por los Hermanos Iniciados que indicaban los lugares que tenían un determinado significado, siendo transmisores de este Conocimiento, las piedras de monasterios, iglesias, cementerios… a lo largo del Camino.
Los Templarios, Guardianes del Camino, Guardianes de la Tradición, protegían esta Ruta Sagrada, anterior al Cristianismo, el “Callis Ianus” o “Sendero de Jano”. La Vía Iniciática de la Tradición Primordial, recogida en el Tablero de la Oca.
La misión de los Templarios, ayudar a los hombres y mujeres en su viaje hacia el Oeste, siguiendo las huellas de la Oca… ¡Ultreia et Suseia!