Hoy mis hermanos, seguiremos con el tema de madurez Templaria. Creo sinceramente que es hora que dejemos las fantasías, jugar a los caballeros medievales, salir disfrazados esperando que la gente nos mire por las calles con admiración, dejar pomposidades y reflexionar sobre el significado de los que significa ser Templario, sobre todo hoy, en que el mundo ciertamente se beneficiaria de Soldados de Cristo verdaderos, no de las pobres almas torturadas que nunca llegaron a nada y que se inflan el pecho llenos de medallas y diplomas.
Recordemos que más que Vanidad, el Templario trabaja con Humildad, sin desfiles, ni buscando posiciones de grandeza, hermanos, se que todos ustedes han leído el Código de Conducta Templario, pero, ¿lo hacemos parte de nuestra vida? ¿Lo vivimos? Sinceramente creo que en diferente medida cada uno de ustedes lo hace, reflexionando sobre los principios contenidos en el mismo y de ser necesario corregir el rumbo para afianzarnos como Templarios. Al fin y al cabo, todos podemos caer, pero nos debemos volver a levantar. Ciertamente nadie esta exento del pecado, y puede ser perdonado al arrepentirse con sinceridad, pero obviamente no hacer del pecado una costumbre, un modo de vida. Lo mismo con nosotros, además de ser cada día críticos del día anterior, debemos buscar la excelencia, el camino hacia la perfección, hacia El Eterno. Somos Hijos de Dios, pero además de serlo, debemos parecerlo.
Un tema que es demasiado extenso para tratarlo aquí es el Desmitificar la Orden del Temple, para empezar a entender esto, hay que estudiar la historia de la Orden, entender sus valores y tradiciones, para luego estudiar la historia moderna de la Orden, que como vimos en el articulo “Disneylandia Templaria”, encontraremos todo tipo de sabores, incluso aquellos que confabulan para un nuevo orden mundial. Pero si uno, no profundiza en sus estudios de la Orden, en su entendimiento de la misma, al llegar a estudiar la Orden desde los siglos XVIII, XIX hasta nuestros días, terminará demasiado confundido con todo tipo de fabricaciones. Existen estudiosos de la Orden, historiadores rigurosos que han publicado libros serios, investigaciones reales, y quizás deberíamos tomar éstas más en serio que la pseudo historia que pulula en los estantes de las librerías, y que debemos admitir, cuentan historias muy atractivas, pero éstas son solo conjeturas lógicas que no tienen asidero histórico alguno.
También encontraran Templarios esotéricos de bazar, y aquí mucho cuidado. Si bien es cierto que el Templario no debe juzgar como otros se acercan a Dios, sino por el contrario, el Templario deberá tratar de entender como otros se acercan a Dios; esto no significa que nos convirtamos a otras confesiones de fe, recordemos que el requisito indispensable para pertenecer a la Orden es SER CRISTIANO. Tampoco debemos malentender este principio de conducta para achacarle a la Orden todo tipo de hocus-pocus, abra-cadabra, malas prácticas de conocimiento oculto o supercherías. Los Templarios no somos brujos, somos Soldados de Dios y cristianos por excelencia. Si gustamos de Esoterismo, entonces, habría que empezar por el esoterismo Cristiano, tan rico, tan abundante, y es que Nuestro Señor, Nuestro Maestro, vino a enseñarnos las verdades y misterios del Reino de Dios, por supuesto, a quienes tengan oídos para oír.
Espero estas líneas les sirvan para reflexionar, para madurar sobre el significado del Temple, buscar dentro de sí mismos, asumir su compromiso para con la Orden sin importar a que rama pertenezcan, ya que no tiene mayor importancia la obediencia sino la pureza de vuestros corazones, la nobleza con la que respetemos los valores del Temple, y haciendo camino al andar, dejando la vanidad y trabajando para un mundo mejor siguiendo los preceptos de Cristo, Nuestro Capitán Sagrado, Nuestro Profeta, Nuestro Sacerdote, Nuestro Rey.
Kyrie Eleison………
Non Nobis Domine, Non Nobis, Sed Nomini Tuo Da Gloriam
‡Fr. Diniz