Las celebraciones por el nacimiento del fundador del Reino de Valencia arrancan el sábado sin el apoyo del Gobierno y con el deseo de traer 'El Centenar de la Ploma'
C. VELASCO
VALENCIA
La tumba de Jaume I, en el panteón real del monasterio de Poblet, en Tarragona.
La mayoría de los valencianos tiene marcada una fecha en el calendario: el 9 de octubre. Ese día de hace 770 años, el rey Jaume I entró en la ciudad del Turia y comenzó a forjar el Reino de Valencia. Arrebató las tierras al reino de taifa musulmán, gobernado por Zayyan ibn Mardanish.La conquista no la hizo sólo en un día, sino que el asedio se prolongó durante cinco meses.
Sucede algo parecido con la celebración del nacimiento de Jaume I, que vino al mundo el 2 de febrero de 1208 en Montpellier, pero su octavo centenario se conmemorará durante meses, mejor dicho, durante todo el año.
Hasta el 2 de febrero de 2009 habrá actividades no sólo para reivindicar la figura del monarca, sino para descubrir al caballero de espíritu templario que dotó al pueblo valenciano de los fueros, un instrumento jurídico por el que se fraguó la identidad como comunidad.
El historiador y comisario del año Jaume I, Eduard Mira (Valencia, 1945), define al monarca como "el padre de la patria" y, a juzgar por los hechos, no le falta razón. El Reino de Valencia se constituyó, además, con la moneda propia els rials valencians; su particular parlamento, el Consell; y su administración, els Jurats. El historiador y profesor de la Universitat de Alacant recalca que la misión de Jaume I también fue cristianizar. "Si hubiera podido, habría evacuado a los musulmanes pero todas las manos eran buenas para labrar las tierras. Optó por la repoblación con cristianos", explicó.A la hora de fundar un reino cristiano ordenó la construcción de iglesias, entre ellas la de los Santos Juanes y la Catedral de Valencia. Estos templos dependían de la diócesis de Tarragona. Peregrinos a Tarragona Hasta allí, concretamente hasta el monasterio de Poblet, dirigen sus pasos numerosos valencianos que quieren honrar al monarca.
Los restos de Jaume I reposan en este monumento del siglo XII. Fue Pedro III el Ceremonioso quien decidió que los soberanos de la Corona de Aragón pasarían a la eternidad en este claustro y mandó construir un panteón real a cada uno de los lados del altar mayor. En el lado izquierdo reposa Jaume I y su esposa. Eduard Mira criticó el abandono que sufrió el claustro tarraconense a principios del siglo XX. "El monasterio de Poblet es tan importante como El Escorial, pero hasta hace poco estaba dejado de cualquier mano protectora. Sufrió saqueos importantes, incluso los restos de los monarcas de la Corona de Aragón, entre ellos el de Jaume I, fueron trasladados en 1948 a la catedral de Tarragona y regresaron en 1952 al actual panteón", recordó el historiador.
La falta de interés por la conmemoración del año Jaume I continúa. "No se entiende cómo el Gobierno no destina medios ni esfuerzos a festejar la figura y los logros de un monarca hispánico", lamenta. El soberano nacido en Montepellier fue leal a la Corona de Aragón y no planteó ninguna ruptura con la estructura del siglo XIII. Pese a que su legado sigue vigente, a juicio de Mira, ya que cultivó la semilla de lo que hoy se conoce como Comunitat Valenciana, la conmemoración del octavo centenario del nacimiento de Jaume I "no merece el respaldo del Ejecutivo central y es algo, desde un punto de vista histórico, incomprensible", apostilló.El comisario del año Jaume I lamentó que los actos para conmemorar los actos del 2 de mayo de 1802, cuando el pueblo se sublevó en Madrid contra las tropas napoleónicas, gozen del apoyo institucional del que carece la conmemoración del nacimiento del soberano que arrebató el dominio de las tierras valencianas a los musulmanes.El patrocinio del Ministerio de Cultura sería un refuerzo muy válido, según el profesor, para traer el retablo El Centenar de la Ploma, que desde el siglo XIX reside en el museo Victoria & Albert de Londres. Eduard Mira está empeñado en traer a Valencia esta pieza tardogótica. La empresa es "harto complicada", según sus palabras, pero no hay que tirar la toalla antes de tiempo. El año pasado el historiador valenciano logró arrancar temporalmente el blasón de Alfons el Magnànim a la catedral de Gante. Fue la primera vez que los escudos de 1445 abandonaron Bélgica. También se esforzó en unir el tríptico El Juicio Final de Van de Stock, cuyo cuerpo central está en el Ayuntamiento y los laterales en el González Martí. Fue la primera vez en cien años que esta pieza se unió.Estos 'triunfos patrimoniales' avalan la petición de Eduard Mira. "Siempre que se ha pedido la cesión temporal de El Centenar de la Ploma, que han sido numerosísimas, se ha obtenido la misma respuesta: no", comentó. El historiador aún no da la batalla por perdida."El director del museo londinense aún no se ha pronunciado. Es cierto que los conservadores deniegan el traslado del retablo, pero si en nuestra propuesta ofrecemos suficientes garantías igual podemos conseguirlo", aseguró.El comisario del año Jaume I está realizando exquisitos informes de seguridad, traslado y ubicación para tratar de acercar a los valencianos la obra tardogótica. Si hay alguna pequeña posibilidad de que abandone Londres, Mira confía en que sea para viajar a la capital del Turia. Si al final del recorrido, la respuesta es sí ¿dónde se expondría? El historiador confesó que Valencia tiene muy buenos museos, pero apostó por el San Pío V.Música y fuegos artificiales.
El profesor de Sociología comentó que se puede conmemorar el año Jaume I a lo grande sin esta pieza, porque el calendario previsto es amplísimo. Los actos arrancan el próximo sábado cuando todas la campanas de la Comunitat ofrecerán un volteo para conmemorar el nacimiento del monarca, se celebrará un Te Deum en la Catedral de Valencia, habrá un desfile con els caballers de la conquesta por la tarde y, por la noche, se disparará un castillo de fuegos artificiales desde el antiguo cauce.
El próximo 2 de febrero Valencia vivirá una fiesta con 20 bandas de música (con 800 intérpretes) en las calles que confluirán en la plaza del Ayuntamiento, donde se disparará una mascletà.
C. VELASCO
VALENCIA
La tumba de Jaume I, en el panteón real del monasterio de Poblet, en Tarragona.
La mayoría de los valencianos tiene marcada una fecha en el calendario: el 9 de octubre. Ese día de hace 770 años, el rey Jaume I entró en la ciudad del Turia y comenzó a forjar el Reino de Valencia. Arrebató las tierras al reino de taifa musulmán, gobernado por Zayyan ibn Mardanish.La conquista no la hizo sólo en un día, sino que el asedio se prolongó durante cinco meses.
Sucede algo parecido con la celebración del nacimiento de Jaume I, que vino al mundo el 2 de febrero de 1208 en Montpellier, pero su octavo centenario se conmemorará durante meses, mejor dicho, durante todo el año.
Hasta el 2 de febrero de 2009 habrá actividades no sólo para reivindicar la figura del monarca, sino para descubrir al caballero de espíritu templario que dotó al pueblo valenciano de los fueros, un instrumento jurídico por el que se fraguó la identidad como comunidad.
El historiador y comisario del año Jaume I, Eduard Mira (Valencia, 1945), define al monarca como "el padre de la patria" y, a juzgar por los hechos, no le falta razón. El Reino de Valencia se constituyó, además, con la moneda propia els rials valencians; su particular parlamento, el Consell; y su administración, els Jurats. El historiador y profesor de la Universitat de Alacant recalca que la misión de Jaume I también fue cristianizar. "Si hubiera podido, habría evacuado a los musulmanes pero todas las manos eran buenas para labrar las tierras. Optó por la repoblación con cristianos", explicó.A la hora de fundar un reino cristiano ordenó la construcción de iglesias, entre ellas la de los Santos Juanes y la Catedral de Valencia. Estos templos dependían de la diócesis de Tarragona. Peregrinos a Tarragona Hasta allí, concretamente hasta el monasterio de Poblet, dirigen sus pasos numerosos valencianos que quieren honrar al monarca.
Los restos de Jaume I reposan en este monumento del siglo XII. Fue Pedro III el Ceremonioso quien decidió que los soberanos de la Corona de Aragón pasarían a la eternidad en este claustro y mandó construir un panteón real a cada uno de los lados del altar mayor. En el lado izquierdo reposa Jaume I y su esposa. Eduard Mira criticó el abandono que sufrió el claustro tarraconense a principios del siglo XX. "El monasterio de Poblet es tan importante como El Escorial, pero hasta hace poco estaba dejado de cualquier mano protectora. Sufrió saqueos importantes, incluso los restos de los monarcas de la Corona de Aragón, entre ellos el de Jaume I, fueron trasladados en 1948 a la catedral de Tarragona y regresaron en 1952 al actual panteón", recordó el historiador.
La falta de interés por la conmemoración del año Jaume I continúa. "No se entiende cómo el Gobierno no destina medios ni esfuerzos a festejar la figura y los logros de un monarca hispánico", lamenta. El soberano nacido en Montepellier fue leal a la Corona de Aragón y no planteó ninguna ruptura con la estructura del siglo XIII. Pese a que su legado sigue vigente, a juicio de Mira, ya que cultivó la semilla de lo que hoy se conoce como Comunitat Valenciana, la conmemoración del octavo centenario del nacimiento de Jaume I "no merece el respaldo del Ejecutivo central y es algo, desde un punto de vista histórico, incomprensible", apostilló.El comisario del año Jaume I lamentó que los actos para conmemorar los actos del 2 de mayo de 1802, cuando el pueblo se sublevó en Madrid contra las tropas napoleónicas, gozen del apoyo institucional del que carece la conmemoración del nacimiento del soberano que arrebató el dominio de las tierras valencianas a los musulmanes.El patrocinio del Ministerio de Cultura sería un refuerzo muy válido, según el profesor, para traer el retablo El Centenar de la Ploma, que desde el siglo XIX reside en el museo Victoria & Albert de Londres. Eduard Mira está empeñado en traer a Valencia esta pieza tardogótica. La empresa es "harto complicada", según sus palabras, pero no hay que tirar la toalla antes de tiempo. El año pasado el historiador valenciano logró arrancar temporalmente el blasón de Alfons el Magnànim a la catedral de Gante. Fue la primera vez que los escudos de 1445 abandonaron Bélgica. También se esforzó en unir el tríptico El Juicio Final de Van de Stock, cuyo cuerpo central está en el Ayuntamiento y los laterales en el González Martí. Fue la primera vez en cien años que esta pieza se unió.Estos 'triunfos patrimoniales' avalan la petición de Eduard Mira. "Siempre que se ha pedido la cesión temporal de El Centenar de la Ploma, que han sido numerosísimas, se ha obtenido la misma respuesta: no", comentó. El historiador aún no da la batalla por perdida."El director del museo londinense aún no se ha pronunciado. Es cierto que los conservadores deniegan el traslado del retablo, pero si en nuestra propuesta ofrecemos suficientes garantías igual podemos conseguirlo", aseguró.El comisario del año Jaume I está realizando exquisitos informes de seguridad, traslado y ubicación para tratar de acercar a los valencianos la obra tardogótica. Si hay alguna pequeña posibilidad de que abandone Londres, Mira confía en que sea para viajar a la capital del Turia. Si al final del recorrido, la respuesta es sí ¿dónde se expondría? El historiador confesó que Valencia tiene muy buenos museos, pero apostó por el San Pío V.Música y fuegos artificiales.
El profesor de Sociología comentó que se puede conmemorar el año Jaume I a lo grande sin esta pieza, porque el calendario previsto es amplísimo. Los actos arrancan el próximo sábado cuando todas la campanas de la Comunitat ofrecerán un volteo para conmemorar el nacimiento del monarca, se celebrará un Te Deum en la Catedral de Valencia, habrá un desfile con els caballers de la conquesta por la tarde y, por la noche, se disparará un castillo de fuegos artificiales desde el antiguo cauce.
El próximo 2 de febrero Valencia vivirá una fiesta con 20 bandas de música (con 800 intérpretes) en las calles que confluirán en la plaza del Ayuntamiento, donde se disparará una mascletà.