Es una novela ambientada en unos años muy negros
Adolfo Marzal
levante-emv
El abogado Adolfo Marzal tenía claro que deseaba escribir una novela pero su temática y argumento no lo terminó de perfilar hasta que un día, por casualidad, encontró una publicación en la biblioteca sobre la masonería que le indujo a tomar las primeras notas de El anillo del Venerable, de editorial Tropismos. "Tenía claro que mi primera novela estaría ambientada en la posguerra española para reflejar aquella época, pero el tema de la masonería y su jerarquía estuvo motivada por una documentación que encontré y me cautivó", explica Marzal sobre la novela.
El resultado es una novela policíaca ambientada en la posguerra española, un periodo de aislamiento cultural en el que miles de personas pasaron por los campos de concentración. "Es una novela negra policíaca porque su protagonista es detective, pero está ambientada en unos años muy negros, en la España de 1941"
Aunque la masonería y los templarios han sido fuente de inspiración para muchos autores desde hace unos años, el abogado sentencia que no está relacionado con ese boom porque "el elemento central no es la masonería, sino el retrato de la España de 1941, un periodo oscuro en el que las personas sufrieron mucho".
Ese retrato se produce bajo la mirada del protagonista de la novela, Guillermo Silva, un policía amargado, bebedor y escéptico de familia republicana al que le encomiendan la investigación del asesinato de un abogado en su casa de Madrid. "El personaje tiene una constante lucha interior pues a pesar de trabajar como policía en el bando nacional su familia es republicana e, incluso, a su padre le fusilaron", expresa el abogado sobre el cariz humano que tiene El anillo del Venerable. Asimismo, añade que "el protagonista se ve atrapado en su realidad" y comenta que "esa contradicción es la que da vida a Guillermo Silva".
"Siempre me ha interesado este pasaje de la historia y, en la novela, lo retrato fiel a la documentación existente" aunque "también hay pinceladas de fantasía y de literatura". Por otra parte, refleja que "es imposible mantenerse neutral en la explicación de hechos históricos y sigo fiel a mis propias ideologías". De esta forma, el escritor traslada las repercusiones políticas y emocionales en la piel de Silva, quien también deberá "enfrentarse a los demonios del pasado".
"Alguna vez pensé en tirar la toalla y dejar inacabada la novela pero siempre había algo o alguien que me animaba a continuar", explica Marzal. Pese a esos momentos, el abogado ya está pensando en una segunda novela, aunque todavía no ha perfilado su argumento. "Estoy dando vueltas a un par de historias, aunque no sé si mantendré a Guillermo Silva como el protagonista de la novela o cambiaré de registro".
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