"Hacia la curación y la renovación", es el lema del congreso que la Santa Sede organizará el próximo febrero
Hacia la curación y la renovación", es el lema del congreso que la Santa Sede organizará el próximo febrero y que reunirá a obispos y superiores de congregaciones de todo el mundo para analizar las medidas a tomar para acabar con los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica, así como a elaborar normas obligatorias para satisfacer a las víctimas e impedir que la política del silencio continúe imperando en el interior de la institución.
Benedicto XVI ha tenido que recurrir a los jesuitas; el simposio está organizado por la Universidad Gregoriana de Roma, con el apoyo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pues no toda la Curia está de acuerdo con la política de "tolerancia cero" que el papa intenta aplicar respecto a la pederastia.
De hecho, y frente a los encuentros que en los últimos meses se han producido entre obispos, el de febrero tiene como objetivo ayudar a los prelados a "responder adecuadamente a la petición de la Congregación para la Doctrina de la Fe de preparar unas directivas eficaces para tratar los posibles casos de abusos sexuales". El ex Santo Oficio ha ordenado a los responsables de las diócesis que, antes del congreso, tengan listo un documento que detalle el procedimiento a seguir por parte de las autoridades eclesiásticas en el caso de que, en su Obispado o congregación, se dé un caso.
Desde la Santa Sede, se ha recordado a los obispos el deber de "escuchar a las víctimas" y colaborar con las autoridades civiles, hasta el punto de que sea la Iglesia la que denuncie ante los juzgados a los presuntos curas pederastas. Los jesuitas han invitado a responsables de congregaciones, a psicólogos, juristas, teólogos y educadores, que tratarán de convencer a la jerarquía eclesiástica de poner coto definitivo a esta lacra, para que la Iglesia recupere la credibilidad perdida después de décadas de silencio oficial ante los abusos.
En el simposio también participarán expertos de la asociación norteamericana Virtus, que ya en Estados Unidos llevó a cabo un programa específico para la prevención de abusos sexuales, y cuyos resultados están comenzando a comprobarse en la Iglesia estadounidense.
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Benedicto XVI, ayer en Roma.
Hacia la curación y la renovación", es el lema del congreso que la Santa Sede organizará el próximo febrero y que reunirá a obispos y superiores de congregaciones de todo el mundo para analizar las medidas a tomar para acabar con los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica, así como a elaborar normas obligatorias para satisfacer a las víctimas e impedir que la política del silencio continúe imperando en el interior de la institución.
Benedicto XVI ha tenido que recurrir a los jesuitas; el simposio está organizado por la Universidad Gregoriana de Roma, con el apoyo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pues no toda la Curia está de acuerdo con la política de "tolerancia cero" que el papa intenta aplicar respecto a la pederastia.
De hecho, y frente a los encuentros que en los últimos meses se han producido entre obispos, el de febrero tiene como objetivo ayudar a los prelados a "responder adecuadamente a la petición de la Congregación para la Doctrina de la Fe de preparar unas directivas eficaces para tratar los posibles casos de abusos sexuales". El ex Santo Oficio ha ordenado a los responsables de las diócesis que, antes del congreso, tengan listo un documento que detalle el procedimiento a seguir por parte de las autoridades eclesiásticas en el caso de que, en su Obispado o congregación, se dé un caso.
Desde la Santa Sede, se ha recordado a los obispos el deber de "escuchar a las víctimas" y colaborar con las autoridades civiles, hasta el punto de que sea la Iglesia la que denuncie ante los juzgados a los presuntos curas pederastas. Los jesuitas han invitado a responsables de congregaciones, a psicólogos, juristas, teólogos y educadores, que tratarán de convencer a la jerarquía eclesiástica de poner coto definitivo a esta lacra, para que la Iglesia recupere la credibilidad perdida después de décadas de silencio oficial ante los abusos.
En el simposio también participarán expertos de la asociación norteamericana Virtus, que ya en Estados Unidos llevó a cabo un programa específico para la prevención de abusos sexuales, y cuyos resultados están comenzando a comprobarse en la Iglesia estadounidense.
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