CURIOSIDADES HISTÓRICAS: DOS MIL DUCADOS POR EL SEÑORÍO DE BENIDORM

En 1654, Beatriz Fajardo pagó esa cantidad al rey para poder convertirse, pese a su condición de mujer, en señora de unas tierras despobladas desde el siglo XV

El promontorio de la costa de Benidorm garantizaba la defensa frente a los ataques piratas. quico

Trescientos años de prosperidad. Convertida en señora de Benidorm unos años antes, Beatriz Fajardo firmó en 1666 la carta que permitió repoblar un municipio casi desierto desde hacía dos siglos. Al instaurar un sistema agrícola de riego, garantizó la prosperidad de la ciudad durante los 300 años siguientes.


Hubo un tiempo en que aquí, en Benidorm, apenas había rastro humano: fundado en 1325 por Bernat de Sarrià, el municipio quedó probablemente despoblado a causa de la miseria de sus tierras de secano hacia la mitad del siglo XV, por lo que perdió su independencia y fue absorbido por Polop. Así lo cree el catedrático de Geografía e Historia Francisco Amillo Alegre, quien ayer describió, en el ciclo de conferencias en valenciano organizado por la concejalía de Cultura, la evolución de Benidorm a lo largo de siete siglos. Toda una aventura.


La recuperación económica y demográfica de la ciudad se produjo a mediados del siglo XVII. Y en ella, desempeñó un papel fundamental Beatriz Fajardo de Mendoza, exponente de una familia nobiliaria que prosperaría con los siglos y que en 1654 logró heredar los señoríos de Polop y de Benidorm después de superar no sólo un largo pleito judicial sino otra dificultad añadida: era mujer. Y desde hacía generaciones, el señorío sólo podía heredarse en línea masculina: así que Beatriz Fajardo tuvo que pagar 2.000 ducados a Felipe IV para convertirse en la nueva ama de los señoríos de Polop y Benidorm.


Fajardo se propuso repoblar sus flamantes dominios: y en 1666 firmó una "carta de poblament" que sería fundamental en la historia de Benidorm y que permitiría que nuevos habitantes se instalaran en sus tierras. Según Amillo, a la dueña del lugar le movían intereses económicos -obtener las rentas de la actividad agrícola de los nuevos campesinos-, pero también militares: la repoblación permitiría proteger el señorío de los continuos ataques de los corsarios musulmanes. En este sentido, Benidorm poseía dos ventajas: estaba situada en el centro de una bahía desde la que se podían vigilar las calas de Sierra Helada y de l´Illa, refugios habituales de los piratas argelinos; y contaba con el promontorio de Canfali y el recinto amurallado de la villa medieval, "adaptado a las armas de fuego", que contribuían a esa estrategia de defensa.


Tampoco era habitual que las mujeres del siglo otorgaran este tipo de cartas al menos que fueran viudas, condición de Beatriz Fajardo. El documento, del que se guarda una traducción castellana en el Archivo de Benidorm, comienza con la fórmula habitual "siga notori a tots", que indica su carácter público. A continuación, regulaba todos los aspectos de la vida social y económica de la época: organizaba el gobierno municipal -a través de un modelo muy participativo que sería suprimido por los borbones- y establecía la obligación de que un mínimo de 40 familias vivieran dentro de las murallas de la villa para asegurar su defensa.

También preveía la distribución de casas y tierras. Si algún vasallo las abandonaba sin permiso de la señora, ésta podría requisarlas. Y es que Beatriz Fajardo tenía derechos, muchos derechos, sobre sus vasallos: les cobraba impuestos por persona, por el valor de la tierra o por la cosecha y sólo ella dictaminaba las tabernas, carnicerías y otros negocios que se creaban en régimen de monopolio. Casi nada.

Pero sin duda, el aspecto más esencial que destaca Amillo de aquella carta de 1666 fue la instalación del uso de agua de regadío, que otorgó prosperidad y crecimiento poblacional a la actual Benidorm hasta el despegue del turismo con el PGOU de Pedro Zaragoza en 1956. Con el fin de remediar la escasa producción agrícola del secano, Fajardo impulsó la construcción de la popularmente conocida "Sèquia Mare" o, en términos oficiales, "Reg Major de l´Alfàs", que procuró agua a las cuatro poblaciones de la zona.


Desde 1666, la acequia, que en un primer momento llevaba el riego desde el barranco de Polop hasta l'Alfàs de Benidorm a lo largo de 15 kilómetros, fue ampliándose hasta llegar al casco urbano de Benidorm. Además, consiguió superar los escollos orográficos del entorno con la construcción de galerías subterráneas: según un documento de 1926, había 24 galerías; también fue necesario construir arcos para dar a la acequia la altura conveniente.

Desde el siglo XVII, el "Nou Reg" permitió un incremento de la producción agrícola, tanto de cultivos de secano como de regadío. Según Amillo, también se implantaron productos procedentes de América como el tabaco o el maíz, del que la comarca tuvo uno de los primeros cultivos de todo el Reino de Valencia. Además, propició un incremento de las rentas señoriales -en 1668, recién acaba la acequia, Fajardo ingresó por ella 1.300 libras-. Y, por fin, posibilitó un aumento de la población: a finales del siglo XVII, Benidorm ya contaba con 300 habitantes. Este empujón demográfico constante permitió la construcción de nuevos barrios fuera de las murallas medievales y forzó que a finales del siglo XVIII el 25% de la población tuviera ya que dedicarse a la mar debido al exceso de agricultores.
Francisco Amillo concluyó destacando que este ciclo "de aprovechamiento agrícola y humano del agua de Polop en Benidorm" se prolongó durante 300 años, desde 1666 hasta 1984.

Libertad en l´Alfàs y litigios territoriales

El crecimiento demográfico producido por la carta de 1666 provocó el nacimiento de tres municipios independientes hasta entonces incluidos en Polop. El primero en hacerlo fue Benidorm, aquel mismo año. Después llego el turno de La Nucía, que lo logró en 1705, tras superar las reticencias de Polop. Y en 1786 y gracias a su crecimiento demográfico fue el turno de l´Alfàs, que pasó de denominarse "Alfàs de Polop" a Alfàs del Pi después de plantar un pino en su plaza mayor como símbolo de su libertad.


A partir del siglo XVII, la Cala de Finestrat provocó varios litigios entre distintos municipios de la comarca: en 1677, esa cala quedó incluida en el término de Benidorm. Y en 1723 pasó al dominio de La Vila Joiosa, sin que en ningún momento se hablara de los derechos de Finestrat sobre esa franja litoral. De hecho, esta última población no logró incluir la cala en su término hasta una fecha tan reciente como 1860.

@ARTURO RUIZ / Información .es