Plantea el reconocimiento del municipio como "auténtica sede pontificia"
Mossén Manel, cura párroco de Peñíscola, sacó a debate lo que piensan muchos peñiscolanos sobre la figura del Papa Luna y el papel de la Iglesia con esta controvertida figura. Fue en la misa que precedió al acto de presentación del libro de Juan Bautista Simó Castillo y Juan Bover sobre el Testamento de Pedro de Luna (Illueca 1328-Peñíscola 1423) cuando el cura abogó por reivindicar su figura en la historia del catolicismo. Este intento se haría "instando a todos a retornar a Benedicto XIII su buen nombre y reconocer a Peñíscola como auténtica sede papal". Incluso planteó la necesidad de fomentar una fundación sobre Pedro de Luna.
Se trató de una jornada histórica por varios motivos. Por un lado, porqué manifestó la voluntad de la Iglesia y el obispado para buscar cauces que retornen a uno de los protagonistas del Cisma de Occidente la legitimidad arrebatada por la sentencia de Constanza de 1416, que lo tachó de anticristo y le excomulgó. Precisamente esta derogación se plasmó con la marginación de la capilla del castillo del Papa Luna a partir del acto de destrucción del altar, que yace integrada en el suelo del castillo. La localidad viene celebrando con cuentagotas misas en estas bellas estancias cargadas de historia.
Peñíscola tiene el privilegio de compartir con el Vaticano y el Palacio de los Papas de Aviñón el hecho de haber sido una de las tres sedes pontificias. Ahora, el castillo, que fue sede de la orden del Temple, cumple siete siglos de historia en pleno debate sobre el reconocimiento de la singular figura de Benedicto XIII