Hoy es el primer día del 896 Año del Temple. Casi 9 siglos de existencia en los que ha habido de todo, desde la cobardía de un Papa provocada por la traición de un monarca ambicioso y cruel hasta la, por lo menos curiosa y oportuna, aparición del manuscrito de Chinón en el Archivo Secreto Vaticano que le permitió a la Iglesia Católica a través de su editorial Scrinium embolsarse 800 millones de las antiguas pesetas a costa de los Templarios de los que no quiere aparentemente saber nada.
Aún así, uno de los mayores peligros para la Orden ha sido en este siglo XXI, con la aparición de tanto fantoche y fantasma proclamándose Templario a base de títulos falsos y medallitas, fanfarrones de opereta y escritorzuelos de poca monta que han visto como a través de inventadas historias noveladas y aderezadas con un pequeñísimo toque de historia se convertían ya, según ellos, en referentes del Temple, cuando no son más que imbéciles con aspiraciones de historiador, pero para eso hay que estudiar, y ellos todo su tiempo lo utilizan en inventar para vender más, aunque sea con fábulas y mentiras creadas con la licencia que les da el ser escritores de noveluchas sin ningún valor académico, por muchas conferencias que den y por mucho que colaboren en revistillas de fantasmas y ovnis.
Pero algo ha ganado la Orden en estos años, es la diferenciación entre fantoches y Templarios reales y cabales. De estos últimos hay enla red varias muestras que cada día ofrecen al resto del mundo testimonio de su templarismo y de su seriedad. Vease por ejemplo lo ocurrido en Argentina hace poquísimo tiempo, o el ejemplo de los +Hermanos del Temple Espiritual, por no ser narcisistas y pedantes y hablar de nosotros y nuestra entrega total a la Orden, pese a quien pese y nos cueste lo que nos cueste el denunciar a los sinvergüenzas que intentan prostituirla.
En fin, 896 años con éste que ahora empieza y que esperamos sea un año de tranquilidad, un año en el que los hipócritas y farsantes se den cuenta que aquí ya no tienen nada que hacer y se busquen la permanencia en inventadas casas de nobleza, más falsas que los billetes de tres euros y medio, o se vayan con los "malteros", o con las "fuerzas especiales" de mercenarios del Congo Belga, (por lo de los uniformes de faena y esas cosas), pero que se dejen de memeces y empiecen a dejar de utilizar el nombre del Temple, que siempre les vino grande.
En fin, que pese a todo, pese a los vanos intentos de que desaparecieramos de la red, aquí estamos un años más, dispuestos a defender, como hemos hecho en todos estos años, el sacrosanto nombre de la Orden y combatir a todo aquel que se crea en el derecho de utilizarlo para provecho propio o enaltecimiento de personalidades que sin ello serían mindundis insignificantes sin más mérito que el de sobrevivir entre ambiciosos rencores y complejos.
Feliz año a todos los +Hermanos que en el mundo son Templarios de espíritu y corazón, y al resto, palo, palo y palo.
NND, FTAT, +Anselmo de Crespi