Este hombre bueno me gusta cada vez más, me da esperanzas de que algo cambiará en el seno de la Iglesia Católica. No, no se confundan, no creo que por fin el tema de los templarios se arregle, se revise y se rectifique ese crimen atroz, aberrante, que realizó Clemente V, el cobarde, el simoniaco. Creo que ni este Papa ni ningún otro rectificará la actuación de la Iglesia Católica con nuestros +Hermanos Mayores y que continua con nosotros, sencillamente creo que este hombre, Francisco, el Papa, cambiará los vicios adquiridos a lo largo de los siglos por esos que se dicen seguidores de Nuestro Señor y más parecen seguidores del Mal.
Recuerdo las críticas de un par de ex hermanos cuando criticábamos la relación de Juan Pablo II con el pederasta Marcial Maciel. Se escandalizaron con nosotros en vez de con el pederasta y quien lo protegía. Recuerdo también las charlas que hemos aguantado por la campaña de "Tolerancia cero con la pederastia" que empezamos en Fratertempli cuando denunciábamos los casos de pederastia dentro de la Iglesia, cuando nos decían que los trapos sucios se lavan dentro. Que hipócritas, se lavan dentro, es decir, nunca se lavan.
Ahora es el mismo Papa, Francisco, quien se avergüenza, se escandaliza con esa gentuza con sotana que dice representar al Maestro y dejan que los niños se acerquen a ellos, provocan que los niños se acerquen a ellos, pero no con el Amor y el respeto del Maestro, sino con la perversión, la cruel y sádica maldad del abuso sexual, de la violación, de ruptura de la inocencia infantil, de la maldita pederastia.
Afortunadamente Francisco ataca fuerte, denuncia, trabaja por acabar con ello, como trabaja con acabar con tanto abuso, con tanto delito. Pensar el empeño en condenar y excomulgar a personas creyentes tan solo por tener interés en adquirir conocimiento, como es el caso de los masones, cuando no han tenido reparo alguno en cometer los mayores delitos, en provocar la pérdida de cantidades de vocaciones, de tantos desengaños, de tantas desilusiones, de tantas pérdidas de fé, que ahora, las palabras de Francisco llegan como aire fresco, renovado, en esa caduca Iglesia podrida, llegan como el jardinero que amputa las ramas secas del árbol para que éste vuelva a renacer sano, limpio de hongos y vigoroso.
Lo dicho, cada día me gusta más este Papa, este argentino que parece nacido para que la Iglesia vuelva a lo que nunca tuvo que abandonar, a lo que nunca debió olvidar, el mensaje puro de Jesús, del Maestro, del Hijo de Dios.
Creo firmemente que este Papa, Francisco, pulirá de nuevo esa piedra mohosa, cuarteada y enferma sobre la que el Cristo edificó su Iglesia. Francisco se ha convertido en la esperanza y la ilusión de muchos católicos y no católicos, en ese referente de limpieza y claridad, en la persona buena que sirve de ejemplo y al que no importa seguir y apoyar, porque realmente es sincero, valiente, sin miedo alguno a enfrentarse a esa rancia trinchera vaticana donde se hacían fuertes los corruptos, los pederastas, los especuladores, los fariseos que crucificaron a Jesús.
Que Nuestro Señor le acompañe en su cruzada. Millones de personas se lo agradeceremos, aunque no vaya a hacer nada por los Templarios, no importa, bastante tiene encima que sacudir, que limpiar. Todo no se le puede exigir. Yo le agradezco, como creyente en Cristo, su esfuerzo, su ingrata labor.
¡¡¡¡Que Dios te bendiga, Francisco, y te de fuerzas para llevar adelante tu pontificado, ése que te has impuesto y que devuelve la fe a las personas que la habían perdido por tanto hipócrita purpurado!!!!!!!!
NND, FTAT, +Anselmo de Crespi
Durante su homilía matutina, el Papa comentó la lectura del día que habla de la derrota de los israelitas por los filisteos, según extractos del mensaje publicado por Radio Vaticano.
“Pero, ¿nos avergonzamos? Tantos escándalos que yo no quiero mencionar singularmente, pero que todos sabemos cuáles... Escándalos, en los que algunos han tenido que pagar caro: ¡Y eso está bien! Se debe hacer así... ¡La vergüenza de la Iglesia!”, exclamó. “¿Pero nos hemos avergonzado de estos escándalos, de estas derrotas de sacerdotes, obispos, laicos?”, cuestionó.
Según el Papa, los responsables de estos escándalos “no tenían una relación con Dios. Tenían un posición en la Iglesia, una posición de poder, y también de comodidad, pero no la palabra de Dios”.
Los “escándalos”, algunos que hicieron “pagar tanto dinero”, y “la decadencia de un pueblo”, ocurren cuando hombres y mujeres “no frecuentan la Palabra” de Dios, dijo.
“Este fragmento de la Escritura nos hace pensar cómo es nuestra relación con Dios. ¿Es una relación formal? ¿Es una relación lejana? La palabra de Dios entra en nuestro corazón, cambia nuestro corazón”, añadió.
En ese marco, advirtió que cuando “el corazón está cerrado a esa Palabra” se producen “tantas derrotas de la Iglesia, simplemente porque no escucha al Señor, no se deja buscar por el Señor”.
Para concluir, Francisco rogó: “Pedimos al Señor no olvidar nunca la Palabra de Dios, que está viva, que entre en nuestro corazón y no olvidar nunca el santo pueblo fiel de Dios, que nos pide pasto fuerte”.