Lisboa es una de esas ciudades que cuentan con una inmensa variedad de atractivos turísticos con una larga e interesante historia. En ella siempre hay algo nuevo que visitar y algo diferente que descubrir. Aquellos que ya han visitado la capital portuguesa en más de una ocasión, o sólo han viajado una vez y han pasado varios días en ella, deben saber que en los alrededores de Lisboa hay una gran cantidad de actividades y rutas alternativas que hacer, saliendo fuera de lo habitual. Por eso, en esta ocasión, viajamos a la región lisboeta para conocer todo lo relacionado con la Orden de los Templarios. Los caballeros templarios entraron en Portugal en la época de la condesa Teresa de León, en el año 1127, con el objetivo de colaborar en la Reconquista, y en 1147 hacen del castillo de Cera, situado cerca de Tomar, su sede regional. Unos doscientos años después, en 1312, la Orden del Temple se extingue, debido a una bula papal que ordenaba su disolución en Portugal, y es sucedida por la Orden de Cristo, que da continuidad a su espíritu de cruzada en la hazaña de los Descubrimientos. Tomar, cuna portuguesa de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, es una de las ciudades que mayor número de turistas atrae para conocer los monumentos históricos en los que dejaron su huella. El Convento de Cristo de Tomar fue el cuartel medieval de los caballeros templarios y, más tarde, de la Orden de Cristo. La Iglesia de Santa María Do Olival, una de las primeras de estilo gótico en Portugal, fue construida en el siglo XII por mandato del Gran Maestro de la Orden, D. Gualdim Pais, como Panteón de la misma. En la Iglesia de São João Baptista paramos a admirar los símbolos que nos relata la leyenda de la fundación de la ciudad. Cerca de ella, visitamos la sinagoga del siglo XV, conservada de forma casi impecable. Por su parte, la Capilla de São Gregorio tiene la perfecta forma de la hostia, símbolo de la glorificación de la Eucaristía. Antes de subir al castillo, podemos tomarnos un respiro en el Parque de Mouchão, por el que pasa el río Nabão. Hoy en día, es uno de los lugares pintorescos más fotografiados por los turistas. El castillo, fundado en el año 1160 por los templarios, era el más moderno y avanzado dispositivo militar del reino, inspirado en las fortificaciones de los cruzados en Tierra Santa. Dentro del Convento de Cristo, podemos admirar su gran cúpula templaria, la "Charola", la mayor y mejor cuidada del continente europeo e inspirada en la imagen del Santo Sepulcro. Es la memoria mítica de Jerusalén y del Templo de Salomón, lugar de la fundación de la Orden. Continuamos con nuestra ruta para conocer el "tesoro de los templarios" en coche, hasta llegar a la presa de Castello de Bode, donde tendremos la oportunidad de hacer un crucero por la albufera para apreciar su paisaje. En Atalaya, visitaremos la Iglesia Matriz, el más bello ejemplo de estilo renacentista de Portugal. En Vila Nova de Barquinha conoceremos el Castillo de Almourol, al que accedemos en barco a través del río Tajo. Este escenario traslada a todo el que lo visita a mundos imaginarios, en el que los gigantes y las historias más míticas son los protagonistas. En Golegã, tierra de caballos y caballeros, se encuentra la Quinta da Cardinga, antigua propiedad de los templarios. Seguimos hacia el norte en dirección a Ferreira do Zêzere para ver en Pereiro las ruinas de la Torre de D. Gaião, donde se puede visitar el pueblo de Areias, en las antiguas tierras templarias. Finalizamos nuestra ruta visitando otro de los componentes de este "tesoro": la Torre de Dornes, un extraño ejemplo de arquitectura militar construida por los miembros de la Orden del Temple para defender su territorio. FUENTE: ROCIO AGENJO – EL ECONOMISTA – 21 de septiembre de 2013