Seguramente este nuevo post les parecerá extraño a las nuevas generaciones, que quiero creer piensan diferente a como, utilizaré el personal aunque creo que es común a toda mi generación y anteriores, pensaba yo.
Quiero hablar hoy sobre el hecho de la existencia de un Día de la Madre. Ya quisieran muchas que el día de la madre fuera una vez al año y no 365, pero no voy a adelantar.
Tengo sesenta años y me ha costado todo ese tiempo, más un divorcio, más una cajita donde guardo mis amores, pocos, y un saco donde encierro mis relaciones sin compromiso con el sexo femenino, para ir cambiando y llegar hasta donde hoy llego. No es fácil si desde pequeñajo te enseñan a diferenciar entre niños y niñas, entre hombres y mujeres, pero así era nuestra educación, nuestra formación para llegar a ser los hombres del mañana.
A la mujer se la formaba para que, llegado el momento, abandonara todo por amor. Sus anhelos profesionales, educativos, sus amistades y relaciones, incluso sus más íntimos pensamientos, para dedicarse de pleno a su amor.
La casa limpia, las camas hechas, la ropa lavada y planchada, la compra, etc. y por supuesto, nada de relacionarse con antiguos amigos del sexo contrario, nada de salir a divertirse con antiguas amigas. Ella se desprendía de todo eso, de su vida anterior, por amor. Tenía que crear su propia familia y esa ardua labor era su presente y su futuro, no había lugar para lo pasado.
Si eso ya era mucho, Dios mío, ha tenido un hijo, y otro, y otro. Ya su Amor no era en exclusiva para su hombre, ya eran un clan, la dedicación mayor, el trabajo multiplicado, el descanso mínimo, la dedicación exclusiva.
Si había una pequeña posibilidad de aire fresco y realización fuera del hogar, se esfumó totalmente.
Esto, que es una entrega dura, un sacrificio cruel, una muerte de la persona para revivir en madre, encima con una sonrisa, con una aceptación del destino, al fin y al cabo nació mujer.
Si venían las cosas malas económicamente y el macho no traía lo suficiente a casa, tenía que salir ella a trabajar. Habiendo perdido estudios, sin reciclar conocimientos, en muchos casos, sin tenerlos de tipo laboral, a limpiar pisos, oficinas, con un poco de suerte atender el teléfono de alguna centralita y siempre, siempre, la amenazante frase de "a saber que haces tu fuera" al llegar a casa, y por supuesto, una vez en casa, la limpieza, la ropa, la comida, etc.
Y era normal.
Hoy quiero creer que eso ha cambiado, o está cambiando, pero no gracias al hombre, sino al tesón de muchas mujeres, de muchas madres, que día a día demuestran que su capacidad, su responsabilidad, su inteligencia, son iguales a las de su compañero.
Que ya no tienen que abandonar todo su pasado por amor, que pueden entregarse al amor sin abandonar lo suyo, sus amigos, sus estudios, sus trabajos, pero eso, en muchos casos, al hombre le da miedo. No vives con una callada mujercita que olvida quien es ante ti, no eres el que más trae a casa porque ella se ha ganado un puesto de mayores responsabilidades en la empresa y gana más que tu, y no decides por ti mismo lo que hacer, lo habláis, lo discutís y estás condenado a llegar a un acuerdo, porque sois iguales en derechos y en obligaciones, iguales en principio de oportunidad para estudiar, progresar en el trabajo y desarrollarse como persona y si ella no está en casa, limpias tu, cocinas tu, haces la cama tu, y viceversa.
Los dos entregan a ese núcleo familiar.
Se que no me gustaría una pareja a la antigua, no quiero ni una asistenta ni una nodriza. Quiero a una persona que se comporte como yo, con sus obligaciones fuera de casa, con sus ratos de espacio personal con sus amigos, con sus salidas y viajes porque la apetece, quiero alguien que un día llegue tarde porque ha estado tomándose una copa con sus amigos y se le fue la hora, quiero a alguien que si, que sea madre, pero que me deje comportarme como padre, atendiendo a los hijos como lo haría ella, porque solo así, este tres de mayo podré decir FELIZ DÍA DE LA MADRE, sin que se me caiga la cara de vergüenza.
Por mi parte, perdón a todas las mujeres que traté como me habían enseñado y agradecido por no haberme pegado un sartenazo que me hubiera puesto las pilas.
Alcobendas, madrugada de tres de mayo del 2020, Día de la Madre.
La Santa Misa, milagro de amor
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[image: Resultado de imagen de sagrada liturgia]
https://www.youtube.com/watch?v=x6rlLIuxK8E
VIVA + JESÚS
Hace 5 años