Nos engañaba con sus palabras copiadas de Santa Teresa entre otros. Tenía especial interés en hablar con los postulantes antes y por supuesto después de la Investidura si había alguna jovencita y se autodenominada experto en protocolo y buenas maneras. Pretendía sentar cátedra. Todo mentira. Ese sapo barriobajero no era ni fue nunca un señor, nunca fue un caballero, siempre fue un desgraciado e inculto paleto, de un insignificante y pequeño pueblo castellano del que tuvo que salir por el hambre y la miserable vida que llevaban.
Su incultura le llevó a la mentira, de la mentira a la traición y de la traición a la ignominia. Esa vieja babosa mintió y engañó hasta a su propio hermano, hasta a sus mismos padres, de los que sacó beneficios hasta la muerte del viejo, y ahora continua igual con su madre.
Robó, apropiándose de dinero de un postulante y no entregándole nada, (hace poco hemos tenido que solucionar ese problema que creó el baboso y enano sapo con nuestro +Hermano de Puerto Rico al querer estafarle), y es que èl es así, se denomina un señor, mayor, pero un señor, y no es más que un hipócrita mentiroso, un paleto sinvergüenza que de señor no tiene nada ni nunca lo ha tenido, y no mayor, viejo, es viejo, es la traidora vieja babosa, el asqueroso viejo sapo lleno de inmundicia que rastrea y aspira a ser algo más que un repugnante buscavidas llegado de la miseria y que anhela y desea lo que nosotros no queremos, lo que nos sobra, los restos que tiramos fuera de nuestra vida y con ellos montarse su historia.
El susodicho enano se pavonea ante mujeres y por la Red, sin dar nunca la cara, sin atreverse a enfrentarse cara a cara con nadie, porque no deja de ser la cobarde vieja babosa llena de complejos que permite que miccionen hasta en la calavera de su padre, pero el cobarde y asqueroso sapo no hace más que hablar con quien no debe sin dar la cara a quien tarde o temprano le va a pisar, aplastándolo contra el asfalto, que es donde suelen acabar los sapos viejos y babosos que sueñan en convertirse en príncipes hasta que se dan cuenta que son solo mierda seca y vieja.
En el fondo, ese paleto inculto y viejo podría llegar a dar pena, pero luego su olor a carne vieja y a meados prostaticos produce vómitos.
Afortunadamente ya está expulsado, ya solo puede esparcer sus babas al arrastrarse, fuera de la Orden.
Que Dios le perdone si quiere, nosotros ni debemos ni podemos