El otro día leí en un periódico andaluz las siguientes afirmaciones de un escritor bastante conocido:
"La Orden del Temple estaba formada por cuatro colectivos. Los caballeros eran los únicos que luchaban. Luego estaban los freires o monjes y los servidores, que eran los panaderos, molineros, ganaderos y campesinos. Por último, estaban los magos, que eran los alquimistas, médicos, ingenieros, etc."
A este escritor, cuyo nombre no daré, que es amigo mío, muy bonachón, muy buena persona y con algunos libros muy logrados y con muchísimas ventas, no hay manera de que entienda que alguna de las cosas que dice no son más que licencias suyas de escritor, aptas quizás solo para novelas, pero en ningún caso para sentar cátedra como realidades indiscutibles de la Orden del Temple, y es que observo que cada año va a más.
En todas las conferencias de este buen hombre a las que he ido, en el turno de preguntas le he rebatido lo de los magos del Temple, pero él sigue erre que erre con el tema de los magos, de tal manera que me temo que cualquier día saldrá diciendo que Merlin fue un gran comendador templario.
Vean ustedes como se carga de un plumazo la dualidad del Templario, el monje y guerrero. Para él no, para él estaban los guerreros, que eran los caballeros y por otro lado los monjes. Con esto dinamita desde la Loa de san Bernardo hasta cualquier libro de historia, que nos habla de monjes guerreros. Pero él a lo suyo.
Luego está el tema de lo que historicamente se conoce como Hermanos de Oficio. Él los reduce a sirvientes, sean maestros canteros o pastores, es igual.
Lo peor es que no es este escritor el único que utiliza cuanta licencia literaria quiere y luego intenta pasarla por buena, es que hay más como él que llenan sus libros y novelas de cuestiones equivocadas, tradiciones inexistentes e invenciones múltiples, y un gran público, desconocedor de la historia de la orden del Temple, se lo tragan y colaboran en la expansión de tamaños bulos y patadas a la historia.
Eso no puede ser. Contra ello debemos manifestarnos e intentar que la realidad no se vea más manchada y más novelada de lo que ya está.
NND, FTAT.