LA CONFIANZA

“De alguna manera has tenido una idea equivocada sobre la confianza. La confianza no está en alguien, no es una relación. La confianza es una cualidad en ti.

Un hombre que confía, no confía en, sino que confía; esa es su inocencia. Incluso si lo han engañado por su confiar, eso no importa, porque el confiar tiene más valor que cualquier pequeña cosa por la cual él ha sido engañado. Puedes tomar cualquier cosa de él, pero no puedes tomar su confiar.

La confianza es tu crecimiento interior, la cima de tu conciencia.

Ciertamente tu confiar va a entrar en contacto con muchas personas, pero tú vas a estar confiando porque la confianza en sí misma es tal alegría, y desconfiar es tal agonía, que vas a escoger la confianza más que la desconfianza.

Las personas viven en la miseria en todo el mundo porque han elegido desconfiar. Desde su misma infancia se les ha dicho:’ No confíes porque si confías te van a engañar. El mundo está lleno de gente astuta, así que permanece alerta, no confíes. Confía solo cuando hayas encontrado a alguien, cuando hayas comprobado todas las posibilidades de esa persona y hayas encontrado que sí, que es confiable. Entonces confía’.

Pero confiar en una persona confiable no tiene ningún sentido. No es tu cualidad es su confiabilidad. Pero al confiar en una persona que no es confiable, tú sabes perfectamente bien que él no es confiable, y  todavía  confías, porque confiar en si es un valor tan grande que no se puede perder por esta persona que no es confiable.

Un hombre que confía simplemente confía. Y cada vez que él es engañado por su confiar, su confianza no se destruye; se fortalece.

La confianza es una de las grandes cualidades de tu ser.

Así que piensa en ella como una cualidad de tu ser y luego no harás la pregunta: ‘¿Todo debe ser aceptado?’. No hay duda al respecto.

La persona que confía simplemente vive de su confianza; cualquier cosa que suceda, no importa. Si ha sido engañado continuamente, esto tampoco importa. Nada sucede a su confianza. Su confianza es algo invencible, y esto da integridad.

Así no confíes en mí. No confíes en nadie en particular. Simplemente confía. Deja que sea esta tu fragancia.

Solo una cosa puedo decirte: Siempre he confiado y nunca he sentido que estaba equivocado, aunque he sido engañado. Pero extrañamente, seguí confiando en la persona que me estaba engañando. Y finalmente el hombre se descompuso; finalmente vino llorando y dijo: ‘Perdóname, te he estado engañando. ¡Y tú lo sabías! Y no ha sido solo una vez, han sido muchas veces. ¿Pero, por qué confías en mi?’.

Yo dije: ‘No tiene que ver contigo; yo simplemente disfruto confiando. Ese es tu problema, que tú engañas. Si disfrutas engañando, disfrútalo. Pero puedo ver que no lo disfrutas,  te estás sintiendo culpable’.

Entre más grande sea tu confianza, mayor culpa tendrá la persona que te engaña. Y existe una posibilidad de que esa culpa cambie a esa persona; tendrá un cambio de corazón

La confianza es tremendamente poderosa.

Así que no es un asunto de aceptar cualquier cosa o no. Es un asunto de que la confianza crezca como una cualidad de tu ser.

Cuando la rosa se abre, su fragancia comienza a fluir alrededor. No está dirigida a alguien en particular. Si el rey pasa por allí, él la va a recibir; si el mendigo pasa por allí, él la va a recibir. Si el ladrón pasa por allí, él la va a recibir. Si el asesino pasa por allí, él la va a recibir. A la rosa no le importa quién está recibiendo su fragancia.

La confianza es la fragancia de un ser silencioso, en calma.

Déjame recordártelo:

La confianza es la fragancia de la nada”.

Osho,  From Death to Deathlessness, charla #34

Confía simplemente, y la divinidad vendrá a buscarte

 “La confianza no viene de la mente. La mente no puede confiar. La desconfianza es muy intrínseca a la mente; está incorporada. La mente existe en la desconfianza, en la duda. Cuando dudas mucho, ves mucha actividad mental moviéndose adentro. La mente entra en mucha actividad. Pero cuando confías, la mente no tiene nada que hacer. ¿Lo has observado? Cuando dices: ’¡No!’, tiras una piedra dentro del  pozo silencioso de tu conciencia; surgen millones de ondas. Cuando dices: ‘Sí’, no estás tirando piedra alguna. Como máximo, tal vez quedará flotando una rosa en el lago. Sin onda alguna, la flor flota. Por eso es que la gente encuentra muy difícil decir sí, y encuentran muy fácil decir no. El ‘No” siempre está listo. Incluso antes de que hayas escuchado algo, el ‘no’ está listo.

 Una vez , estando alojado en casa  Mulla Nasruddin escuché a la esposa diciéndole a Nasruddin: ‘ve y mira simplemente  lo que el niño está haciendo y páralo’.

Ella no sabe lo que el niño está haciendo: ‘Solo ve y mira lo que el niño está haciendo, y páralo. ‘Sea lo que sea, no importa, pero páralo, dile que no'. Negar es fácil; aumenta el ego. El ego se alimenta del no; la mente se alimenta de la duda, de sospechar, de desconfiar. Tú no puedes confiar en mí a través de la mente. Tendrás que ver la dicotomía de la mente, el duelo constante, el constante debate dentro de la mente. Una parte está siempre funcionando en oposición.

La mente nunca llega a una decisión. Siempre hay algunos fragmentos de la mente, disidentes. Ellos esperan su oportunidad, y te van a frustrar.

¿Entonces qué es la confianza? ¿Cómo puedes confiar? Tienes que entender la mente. Al entender la mente y la dualidad constante en ella, al ser el testigo, te separas de la mente. Y en esta separación surge la confianza, y esa confianza conoce que no hay división entre tú yo. Esa confianza sabe que no hay división entre tú y la vida. Esa confianza es simplemente confianza. Es una confianza sin dirección, sin dirigirse a nadie, porque si confías en mi, inmediatamente desconfiarás en alguien. Cada vez que confías en alguien, inmediatamente por otro lado desconfiarás de alguien más, Si crees en el Corán no creerás en el Gita; si crees en la Biblia, no puedes creer en Buda. Si confías en Jesús, no puedes confiar en Buda. ¿Qué tipo de confianza es esta? No vale la pena.

La confianza no tiene dirección alguna. No está dirigida a Cristo o a Buda. Es simplemente confianza. Simplemente confías porque disfrutas confiando. Simplemente confías, y disfrutas tanto confiando que incluso si te engañan, tú disfrutas. Disfrutas de poder confiar incluso cuando había todas las posibilidades de decepción, que la decepción no pudo destruir tu confianza, que tu confianza fue mayor, que el impostor no te corrompió. El tal vez haya tomado tu dinero, tal vez haya tomado tu prestigio, tal vez te haya robado completamente, pero tú lo disfrutarás. Y te sentirás tremendamente feliz y dichoso porque él no pudo corromper tu confianza, y  todavía confías en él. Y si él viene otra vez a robarte, tú estarás listo; todavía confiaras en él. Así la persona que te estaba engañando tal vez te haya robado materialmente, pero te ha enriquecido espiritualmente.

¿Pero qué sucede ordinariamente? Un hombre te engaña y toda la humanidad es condenada. Un cristiano te engaña; todos los cristianos resultan condenados. Un mahometano no se ha portado bien contigo, y toda la comunidad de mahometanos son pecadores. Un hindú no ha sido bueno contigo; todos los hindúes no tienen ningún valor. Simplemente espera. Un solo hombre puede crear desconfianza en toda la humanidad.

Un hombre de confianza continúa confiando. Aunque le suceda cualquier cosa a su confianza, hay algo que nunca le sucederá: No permitirá que nadie destruya su confianza. Su confianza sigue aumentando. La confianza es divina. La gente te ha dicho que confíes en Dios. Yo te digo, confiar es divino. Olvida todo lo relacionado con Dios; simplemente confía y la divinidad vendrá a buscarte donde quiera que estés.”

Osho,  Yoga: The Supreme Science, charla #8