La asociación Hispania Nostra ha denunciado el riesgo de desaparición de la Torre de Mas Enrich o Torre del Moro, una construcción del siglo XVI situada en el distrito barcelonés de Horta-Guinardó, debido al mal estado en que se encuentra.
Según Hispania Nostra, el edificio, que está catalogada por el Ayuntamiento de Barcelona y por la Generalitat de Cataluña como "Bien Cultural de Interés Local", se encuentra en "un estado lamentable" y la finca ha sido ocupada en numerosas ocasiones durante los últimos años hasta la actualidad, en la que un grupo de chatarreros la utiliza como almacén.
La torre ha sido incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
El elemento en peligro es un torreón de vigilancia del siglo XVI perteneciente a la antigua finca Mas Enrich, después Can Fontanet, alrededor de la cual se conformó un pequeño núcleo, más tarde denominado barrio de la Ciudadela, ya totalmente desaparecido.
Era un punto de paso y descanso de tropas de soldados que se dirigían al castillo de Valldaura de los condes de Barcelona, en la sierra de Collserola.
Algunos nobles como el archiduque Carlos y su esposa se alojaron también en ella porque además la familia Fontanet apoyaba la causa austriacista durante la Guerra de Sucesión y se consideraba un lugar seguro en las afueras de Barcelona.
Ya en el siglo XVIII la zona era conocida por las curtidurías de pieles que se nutrían de la abundante agua de Horta.
A mediados del siglo XX, pasó a ser una fundición y en tiempos de la dictadura franquista escondía una imprenta de publicaciones comunistas que nunca fue descubierta.
En la actualidad es una chatarrería y "su estado ha empeorado aún más", advierte Hispania Nostra.
Torre de planta cuadrada, construida en tapial con esquinas de ladrillo, puerta de entrada de arco dovelado y dos ventanales de estilo gótico, en el del primer piso hay esculpidas dos cabezas, una de mujer y otra de un hombre tocado con turbante, lo cual probablemente inspiró el sobrenombre de la torre.
Gracias a estos ventanales ha sobrevivido hasta nuestros días a pesar de la destrucción de lo que quedaba del histórico barrio de Ciudadela en Horta a causa de las obras de los Juegos Olímpicos de Barcelona, y es el único elemento que queda de un conjunto del siglo XVI.
Hispania Nostra ha incluido asimismo en la Lista Roja del Patrimonio por su estado de conservación "muy malo" la yesería de Tòfol, en Vilaverd (Tarragona), que recientemente se ha declarado Bien Cultural de Interés Local, lo que "no ha comportado ninguna acción concreta para conseguir su salvación".
Hace un par de años, señala la asociación de defensa del patrimonio, se vino abajo parte del tejado, que cayó encima de una parte de la maquinaria que se conserva, y últimamente, además, la puerta de acceso que la protegía de entradas indeseadas ha sido derribada, pudiendo acceder cualquier persona al interior.
La yesería del Tòfol se construyó en 1917, es la única de toda Cataluña que se conserva con la maquinaria en su interior y fue la última en cerrar en el pueblo de Vilaverd, con tradición yesera desde mediados del siglo XIX.
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EFE./La Vanguardia