Una ruta por dos de las ´possessions´ más representativas del siglo XIV en la zona
Una selección que se amplía a nueve en la exposición que ilustra su génesis a partir del siglo XIV, con información y una representación geográfica, "para acercar la historia de unas possessions y hacerlas próximas al ciudadano"; un concepto muy didáctico "sobre elementos etnológicos y agropecuarios característicos de la sociedad rural de la época".
Son Vives (antes sa Torre den Pardines) destaca por su torre de planta rectangular de 1410 que se alza de forma majestuosa y el paredado de piedra. El resto de estructuras siguen la morfología del pequeño acantilado donde se asienta, en torno a un pequeño claustro. Estos serían las viviendas de los payeses y las dependencias agrícolas, con naves de arcos apuntados que se asemejan a construcciones religiosas de la época. Según la documentación fue una clara muestra de propiedad mallorquina con una introducción de ciervos con finalidades cinegéticas. Aunque el ganado más numeroso fue el ovino, con centenares de ejemplares que ofrecían una producción ingente de carne y lana, que se vendía para el incremento económico de la possessió. En cuanto a la producción agrícola se centraba mayoritariamente en el cultivo de cereales y viñas, con el lino y las leguminosas en un segundo plano.
Por otra parte, Son Vaquer de s´Olivar destaca por un conjunto de edificaciones que se organizan alrededor de un claustro con pozo central, actualmente en mal estado pero que actúa como definidora del espacio rectangular, con un amplio porche formando una galería de arcos rebajados y sustentados por unas gruesas columnas. A un lado y otro de la puerta de entrada destacan diferentes grafitis de embarcaciones, cruces y distintos signos de compatibilidad.
La de Son Peretó, cuyo nombre correspondería a la alquería de Ason lo Major, destacó por sus silos de grano, lo cual no es de extrañar ya que justo al lado se encuentra la basílica paleocristiana del mismo nombre, caracterizada por ello.
@S. SANSÓ, MANACOR / SANT LLORENÇ/ DIARIO DE MALLORCA