Hace unos días leí, en el Facebook de no me acuerdo quien como era la elección de Gran Maestre en tiempos de nuestros +Hermanos Mayores.
No estaba de acuerdo con lo expuesto, y por eso subo ahora como lo aprendimos y como lo enseñamos en Fratertempli - Orden del Temple en nuestro primer grado.
Se supone que ha muerto el Gran Maestre y hay que elegir a otro.
Acabados los funerales y convocado el Capítulo, éste debía reunirse, si era posible, en Jerusalén, en un día fijado por el mariscal y el comendador del reino de Jerusalén. A partir de ese momento era el comendador quien se encargaba de la custodia del sello del maestre. Al amanecer del día señalado para la elección los electores, dos o tres «hermanos ilustres» por cada casa o encomienda, acudían a la sala capitular después de asistir a la oración de maitines. Una vez reunidos, el comendador del reino de Jerusalén proponía la elección de un comendador de la elección, que debería ser un hermano que hablara todas las lenguas, amara la paz y la concordia y no alentara las discrepancias. Elegido éste comendador, él mismo nombraría a su vez un compañero para que le ayudara. Ambos pasaban la noche rezando y sin hablar, salvo que tuvieran que comentar alguna cosa con respecto a la elección. El día discurría entre oraciones, rezos en la capilla y una misa dedicada al Espíritu Santo, a quien se pedía Su gracia para elegir bien al nuevo maestre.
A continuación el comendador del reino llamaba al comendador de la elección y a su compañero para exhortarles a elegir bien a dos compañeros, de modo que ya eran cuatro. A su vez, estos cuatro escogían a dos más, con lo que ya eran seis; los seis a otros dos, siendo ocho; los ocho a dos más, para ser diez, y los diez a otros dos, con lo que el número de electores ya era de doce. Los doce elegían al último elector, que tenía que ser capellán y ocupar así el lugar simbólico de Jesucristo, en recuerdo de la Ultima Cena. De los trece electores, ocho tenían que ser caballeros, cuatro sargentos y uno capellán, y además deberían ser de distintas nacionalidades para evitar que una de ellas monopolizara el cargo.
Los trece electores se retiraban de la sala del Capítulo y se reunían en otra estancia. Comenzaba entonces el proceso de elección del nuevo maestre mediante la admisión de las propuestas que cada uno de los trece fuera realizando. Si no había acuerdo, el comandante de la elección lo comunicaba al Capítulo, cuyos componentes rezaban de rodillas pidiendo la intercesión del Espíritu Santo. La sesión de los trece continuaba hasta la elección del maestre; sus deliberaciones estaban sujetas a un estricto secreto. Una vez elegido maestre, el comendador de la elección comunicaba su nombre al Capítulo y solicitaba su asentimiento. A continuación, el maestre juraba su cargo si estaba presente y en caso contrario se enviaba una delegación para comunicarle el nombramiento, era conducido a la capilla, se arrodillaba ante el altar y se ofrecía un Te Deum de acción de gracias.
(Texto sacado de la Tesis doctoral de D. José Eugenio Dominguez Alarcón. ANALISIS CRITICO - JURIDICO DEL PROCESO A LA ORDEN DEL TEMPLE, 1309 - 1312).
NND, FTAT.