Imaginen por un momento que su jefe no puede sacar dinero de su banco, ni hacer transferencias, por estar prohibidas por el gobierno todo movimiento de dinero, permitiendo solo sacar cien euros al día a los ciudadanos. Imaginen que ahora, al final de mes y debido a esa prohibición, su nómina no les llega a su cuenta. Ningún empleado de su empresa ha podido cobrar. A ustedes les llega la factura del agua, pero no pueden pagarla porque no han cobrado. Les llega la factura de la luz y tampoco pueden pagarla, por lo mismo. La factura del gas igualmente queda sin pagar.
La nevera se les queda vacía y sacan en uno de los cajeros que después de recorrerse ciento y pico han encontrado con billetes para poder sacar los cien euros que les permiten al día, y van al supermercado a comprar al menos lo básico, pero se lo encuentran con las estanterías casi vacías, sin mercaderias, sin alimentos que poder comprar, puesto que al no poder realizar transferencias ni movimientos de dinero, el supermercado tampoco ha pagado a sus proveedores, y como no han pagado no les han servido sus artículos, entre otras cosas porque aunque tenían buena voluntad y hubieran querido servirles no habrían podido al no poder pagar ellos tampoco a las empresas de transportes necesarias para llevar las mercaderías, y no porque los transportistas no quisieran hacer su trabajo, sino porque al no poder tampoco cobrar no pudieron llenar sus depósitos de combustible al no poder pagar a las gasolineras, que están todas con sus empleados sin trabajar porque no hay coches a los que rellenar los depósitos por la falta de dinero.
A eso se suma que tanto los empleados del supermercado, como de los almacenes que sirven al supermercado, como los conductores y empleados de las empresas de transportes, como los de las gasolineras tampoco han podido cobrar sus nóminas, con lo que tampoco han podido pagar el agua, ni la luz ni el gas de sus casas, con lo que al ir a comprar se han encontrado como usted.
Ahora tenemos la otra cara de la moneda. El inversor que invirtió sus ahorros en ese país ve como el gobierno, siguiendo disposiciones de Europa, se queda con una gran parte de sus inversiones monetarias, con lo que ya no le es rentable continuar invirtiendo en ese pais y está esperando únicamente a que se levante la prohibición de realizar transacciones monetarias para llevarse lo que quede de su dinero a otro país donde la seguridad para su inversión sea mucho mayor que la del país donde invirtió en primer lugar, y sin pensar mucho llega a la conclusión de que ese pais es el que ordena y maneja todos los hilos para que en el país donde usted trabaja y no ha podido cobrar su nómina se hayan tomado las medidas que le han llevado a perder una gran parte de su dinero.
Resultado, se lleva su capital en cuanto puede a Alemania, pais donde van a ir llegando cada vez más depósitos de inversores y ahorradores, conocedores de que allí su dinero vale más al estar seguro de que no habrá corralito.
Conclusión, el ciudadano alemán podrá continuar su nivel de vida e incluso aumentarlo al llegar dinero procedente de toda Europa sin necesidad de pedirlo. En Alemania podrán continuar adelante con los proyectos industriales, sin tasa de paro, con una economía saneada a costa de una GUERRA ECONÓMICA GANADA Y EN LA QUE ALEMANIA HA LLEVADO A LA RUINA A LA MAYORÍA DE LOS CIUDADANOS DEL RESTO DE EUROPA.
Mientras usted ya estará en paro sin trabajar porque su jefe habrá tenido que cerrar su empresa al no poder ni cobrar ni pagar, y continuará usted sin poder comprar nada en los supermercados, ni tener agua, ni luz, ni gas, ni combustible, ni nada, salvo que Alemania vaya al rescate de su pais, COMPRÁNDOLO, HIPOTECANDO LA VIDA DE SUS NIETOS, DE LOS HIJOS DE SUS NIETOS, Y DE LOS NIETOS DE LOS HIJOS DE SUS NIETOS.
¡¡¡¡¡¡¡¡ Que todavía me dijeran el otro día que esto no era una Tercera Guerra Mundial sin proyectiles.....!!!!!!