ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO DEL TEMPLO DE JERUSALEM.
ORDEN DEL TEMPLE
Si hay una fotografía de Pedraza que ha logrado dar la vuelta al mundo es la de la villa medieval iluminada de velas, una estampa repetida desde hace 19 años el primer y el segundo sábado del mes de julio. Hoy en día se identifica a Pedraza con sus velas, como si fueran dos realidades inherentes. ¿Qué es más espectacular, el hombre o la nariz a él pegada?. O, por decirlo de otro modo, ¿quién es más protagonista, el todo —Pedraza— o las partes minúsculas —las candelas, en este caso—?. La respuesta no es única. Pero, en cualquier caso, un hecho resulta innegable. El escenario y la decoración se fusionan regalando al espectador algo más deseado que un bonito espectáculo, una vivencia.
Año a año, Pedraza ha ido mejorando su aspecto en ‘los Conciertos de las Velas’ —el motivo primigenio de esta singular fiesta—. 2010 trajo varias novedades, localizadas la mayoría extramuros de la villa. Ejerciendo de introito para los invitados a la ceremonia, La Velilla se puso guapa, con un buen puñado de velas. Otro tanto hizo la Casa del Águila Imperial. Para ofrecer mayor comodidad de los visitantes, este año la Fundación Villa de Pedraza y el Ayuntamiento de la localidad han realizado un esfuerzo acondicionando los aparcamientos fuera de la muralla.
Subiendo hacia la Puerta de la Villa, el caminante pudo ayer comprobar, con alegría, que las obras de acondicionamiento del borde sur de la muralla han dado ya comienzo, una noticia que servirá de preámbulo al que será el principal debate en Pedraza durante los próximos años, el referente a la posibilidad de adecuar una nueva entrada para vehículos, evitando así su paso por el centro histórico.
Puertas adentro, Pedraza lució como siempre, bellísima. Sus monumentos vestían el obligado traje de gala, de velas. Unas 30.000 fueron encendidas. Y la villa presentó así de nuevo su imagen más famosa, a la luz de las velas, en un cuadro con aires pretéritos, de cuando Petracia Serrana era lugar de nobles. Aun cuando la afluencia fue masiva, el partido España - Paraguay restó algo de público por las calles. No ocurrió lo mismo en el concierto, en la Plaza Mayor. Los verdaderos amantes de la música clásica no quisieron perderse la actuación del grupo de cuerdas del “Trinity Collage of Music”, considerado por los expertos como el principal centro de formación musical del Reino Unido. A pesar de que el programa del concierto no era precisamente popular, el espectáculo, dirigido por Nic Pendlebury, no defraudó al público.
Tras la actuación tocaba disfrutar de Pedraza, caminando por la Calle Real, donde antaño vivieron los dueños de los grandes rebaños de la comarca; o dirigiendo los pasos por la Calle Mayor hacia el Castillo comprado por el pintor Ignacio Zuloaga. Los más curiosos quisieron descubrir un nuevo rincón de Pedraza, todavía no inaugurado, el que lleva desde el mirador de las Hontanillas hasta la vieja ermita de San Pedro, que será muy pronto un poderoso imán para los pintores, al ofrecer una hermosísima panorámica de la Sierra de Guadarrama.
Para deleite del público, la mayoría de los establecimientos comerciales siguió los consejos de la Fundación Villa de Pedraza, de forma que desconectaron su iluminación exterior y minimizaron la interior, contribuyendo así a crear el ambiente propio de la villa en las noches de ‘los Conciertos…’. Ya de madrugada comenzaron los trabajos de recogida de las candelas, con la intención de que Pedraza recupere hoy su aspecto cotidiano. Será hasta el próximo sábado, cuando actúe ‘Strauss Festival Orchester Wien’, un concierto que se vaticina más popular que el de ayer, a tenor de su programa, y en el que las calles volverán a llenarse de público, con la venia, como siempre, del fútbol.
@Guillermo Herrero (Pedraza) / El Adelantado.com
.JPG)
.JPG)
