Es tan cansado luchar durante tanto tiempo por algo lógico y ver como siempre surge alguien, con no se sabe que autoridad otorgada por quien, que critica la labor de quienes no dejamos de trabajar y pensar en cómo mantener la Orden viva que si no fuera por la responsabilidad aceptada por cada uno de nosotros, daban ganas de tirar todo por la borda y dejar a esos iluminados retrógrados vacilando y presumiendo de sus falsos títulos, de sus más falsos linajes, de sus inventados diplomas de teología e historia y, desde casa, contemplar el gran daño que hacen a la Orden.
Hoy he tenido que recordar a un +Hermano que en la Orden original no había ningún Príncipe ni Princesa Regente. Que los antiguos +Hermanos Mayores podrían en su vida civil ser duques de tal o condes de cual, pero que al entrar en la Orden eran freires y caballeros, tal cual, sin títulos nobiliarios.
Eso parece que no se tiene en cuenta. Hay cantidad de títulos nobiliarios utilizados en las tarjetas de visita o en los perfiles de la red acompañando al +Caballero Templario, y demasiados doctores en teología nombrados por Iglesias raras que buscan confundirse con los nombres con la Igledia Católica. Demasiados Grandes Maestres, tantos que podría fundarse un club de los Grandes Maestres actuales de la Orden del Temple, con lo que la figura de Gran Maestre se ha devaluado de tal manera que ya poco respeto impone. Urge la desaparición de ese hipotético club de Grandes Maestres y la elección de uno solo por parte de todas las ramas de la Orden.
Igual pasa con la Antigua Regla, de obligado estudio, naturalmente, pero queridos +Hermanos, saber, conocer, estudiar la Antigua Regla no significa aplicarla a rajatabla. Hay artículos de la Antigua Regla que aún se pueden aplicar, pero hay otros, queridos +Hermanos, que en pleno siglo XXI y sin vivir en comunidad como vivían ellos, no hay maneras de aplicarlos al día de hoy, igual que hay aspectos de la vida cotidiana de este siglo que en el siglo XII sencillamente no existían y hoy tenemos que darles soluciones.
Urge la unidad por muchas cosas, pero sobre todo por actualizarnos, ponernos al día y tener unas bases, unas estructuras que, unidas a esa tradición que debemos mantener pura y viva, no podemos obviar, por mucho que fulanito, menganito o quien sea lo intente desde el uso de falsos títulos universitarios, falsos títulos nobiliarios y ocultos tras innumerables medallas y diplomas de solo Dios sabe qué.
Con Fratertempli - Orden del Temple pueden contar para ello, para trabajar en conjunto por eso, pero quien quiera que colaboremos en la farsa de las decenas de Grandes Maestres elegidos por 10 ó 15 personas tan solo, o de las medallas y diplomas o bajo las sotanas de falsos sacerdotes y obispos, se equivocan con nosotros. No les criticaremos, no les atacaremos, respetaremos lo que hagan, pero ni en nuestro nombre ni con nuestra colaboración.
NND, FTAT.