Hoy recordamos aquel triste día de 1307 en el que la traición de la Iglesia Católica se hizo realidad contra Nuestros Hermanos, contra nuestra amada Orden del Temple.
Como Templarios que somos, llamamos traidor a aquel papa, Clemente V, que se vendió al Rey de Francia, un papa en que el poder terrenal y material prevaleció sobre el espiritual.
No queremos la absolución para nuestros Hermanos y Hermanas, ellos no cometieron ningún delito, al contrario, ellos fueron los que sufrieron la persecución, el martirio y la muerte, no pecaron contra nadie, no hicieron daño a nadie, por el contrario, fueron fieles seguidores de las Enseñanzas de Nuestro Señor. No merecemos ningún perdón al no ser culpables de nada.
Exigimos que se reconozca por parte de la Iglesia Católica, de una vez por todas, el error de un cobarde simoniaco Papa como era Clemente V.
Exigimos que reconozcan a los Templarios caídos en mano de los inquisidores dominicos y los jueces franciscanos como los Mártires por el cristianismo que son.
Hoy, nosotros los Templarios no tenemos nada que celebrar, únicamente unirnos en nuestra Cadena de Oración por nuestros Mártires, por nuestros +Hermanos y +Hermanas asesinados.